Corazón Joven

25

- ¿Cuanto te deberé entonces? - dije mientras le daba una calada al cigarrillo 

- Nada hermano, simplemente yo te ayudo con tu música y tu me ayudas con la difusión del nuevo estudio-  dijo el conocido socialmente como "Pez" la verdad nunca supe la razón, sus rastas colgaban sobre su espalda, tenía unos anteojos enormes aunque para ver realmente no los necesitaba, hace tiempo me había querido contactar y simplemente lo habia olvidado, por las casualidades del destino, la vida o ese Dios lejano al que nunca tube acceso, nos cruzamos en el centro hace unos días donde acordamos venir hoy para que pueda mostrarme su nuevo estudio, que sólo apoyaria a los autores independientes de la ciudad. Parecía ser un negocio redondo.

- Me sorprende pero creo que es un trato justo- dije aún sin creer que me haya buscado a mi dentro de tantos artistas conocidos.

- El miércoles a las diez y media te espero- 

- Genial- 

Nunca fuí muy crédulo, es más, de hecho no se si creo en algo, sin embargo algo había caído frente a mi como un obsequio del más allá, de la vida, del universo que me prestaba un poco de paz, de ánimo dentro de estos tormentos. 

Anne estaba mejor, supongo que en cierta manera una crisis más dentro de su mundo destrozado no hizo la diferencia, sin embargo su hermano se marchó por lo que, aunque lo negara, sé que todo se ha vuelto un poco más difícil de lo que ya era. 

El humo del cigarro se esfumaba con la suave brisa primaveral que ya indicaba los pocos meses que nos separaban del fin se curso, y yo simplemente no sabía que diablos hacer con mi vida ¿Cómo elegir a esta edad nada más y nada menos que el rumbo hacia el cual dirigirás el resto de tus años?  Aunque nadie lo logra a la primera, escuche de muchos que cambian sus cuarreras a mitad de la universidad o que la inician luego de muchos años, sin embargo para mi todo aquello no significabab nada, de momento sólo deseaba grabar ese demo y mi padre no aceptaria aquello.

Pero que otra alternativa tenía ¿volver con mi madre? No sé si sería la opción más cuerda, dado que ella siempre volverá con el bagre que ama.

Al llegar al departamento aún en medio de mis cavilaciones vacilantes que no llegan a ningún lado, me pregunte por qué Anne no me había contestado, intentando que los pensamientos pesimistas no comiencen a preocuparme.

Mi padre estaba de pie en la cocina, con las caderas apolladas sobre la encimera negra, cabizbajo, sus manos tomando el borde del filo me advertian que algo más había pasado.

-¿Hijo?-  Dijo con voz ronca, como sí recién se levantara luego de una larga siesta.

-Buenas Tardes- contesté mientras tomaba una botella de agua fresca del refrigerador.

Su expresión corporal ya era muy evidente, algo le había molestado.

-¿Paso algo?-

-Dímelo tu ¿Quién es Jeronimo?-

Debo amitir que me tomo unos segundos reconocer ese nombre y pronunciado de esa manera.

-Un amigo de Anne, le dicen Jero ¿Por qué? - por más que lo intentara no lograba siquiera acercarme a lo que podría haber pasado.

- Lo encontraron fumando marihuana en la escuela -

-Mal por él- contesté al entender el tono en que pronunciaba "marihuana" cómo si nunca hubiera probado o fuera mas dañina que sus pastillas para dormir.

-Dijo que tú le vendiste-

-Miente- afirme

- ¿En serio? Porqué dado lo que dijo revisaron tu casillero y llegaron a la conclusión de que estabas vendiendo en la escuela-