Capítulo 13

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Me cansé de escuchar música y de conducir. Ya habían pasado dos horas o más de haberme ido del restaurante como una fugitiva, y el coraje también se me había calmado. Ahora estaba lo que le sigue de desilusionada. Me sentía sola, patética y tonta también por el comportamiento que decidí mantener.

Todavía me sentía herida por Maslow, porque fue hasta que decidí irme que dejó de ignorarme. Claro, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. ¡Qué una ironía!

Estacioné mi auto en el estacionamiento de mi edificio, y no quise ponerme a buscar si estaba él aquí. Así que caminé con pasos aparentemente seguros hasta que llegué a mi piso.

Mi edificio no era para nada lujos. Había dos departamentos por piso y solamente eran cinco agregándole la planta baja. Yo vivía en el tercer piso porque era el único disponible, y ese departamento se lo había comprado al dueño anterior.

Era muy cómodo y quedaba cerca de mi trabajo. A unos quince minutos caminando aproximadamente, y reunía todos los requisitos que yo buscaba.

Ahora me sentía nerviosa por miedo a encontrarme a Maslow, pero de todos modos abrí la puerta. Con mi mirada busqué entre la oscuridad algo que se moviera o respirara, pero no había nadie.

Cerré la puerta con llave y me di cuenta que nadie podría estar aquí adentro porque el duplicado ni siquiera lo tenía cerca.

Me dejé caer en el mueble más largo que tenía y al fin tomé mi teléfono que estaba evitando en todo este rato.

21 llamadas perdidas de Mas <3

Mas <3 37 mensajes

–¿21 llamadas nada más? –levanté mi ceja y apreté los ojos.

Me llamó 21 veces y sentí mi corazón bien pequeño. Maslow quería hablar sobre lo ocurrido y disculparse, o al menos eso quería pensar por ver tantísimas llamadas, pero yo no le había dado la oportunidad.

Lo había dejado solo en el restaurante, y sin carro, pero antes de que me volviera a sentir mal por mis acciones, pensé que con este suceso el hombre no me volvería a ignorar nunca, al menos que quisiera que me fuera así de su vida.

Empecé a llorar en silencio. Se me salían las lágrimas porque esta era la primera pelea que teníamos ya siendo novios, y dolía mucho.

No me gustaba pelearme con Maslow. Yo debería de estar agradecida por la oportunidad de tenerlo con vida después de creerlo muerto durante horas, y no debía de estar provocando peleas entre nosotros.

–Pero es que ese hombre también me hizo sentir mal, y no por eso quiere decir que voy a estar soportando que me ignore o haga sentir mal. –me dije en voz alta y tomé un cojín para abrazarlo y empecé a llorar.

Después de ir a la cocina y tomar el bote de yogurt de fresa y servirme en un vaso, me fui a comer a mi habitación, recordando que ese yogurt me lo había comprado Maslow en la mañana junto con toda la despensa enorme que hizo. Seguí llorando con más razón.

Traté de ver la televisión, pero mi mente estaba en otra parte, así que lo mejor que pude hacer fue intentar dormir.

***

Si dormí cuatro horas fue mucho, porque me levanté a las 4:30 sin ninguna pisca de sueño. Intenté dormirme, de verdad que lo hice, pero no funcionó.

Cansada de intentar algo que no iba a funcionar, decidí empeñar mi tiempo en algo productivo.

Puse ropa en la lavadora, pasé la secadora por toda la casa y, por si fuera poco, la trapeé. Seguí una receta en internet para hacerme un buen desayuno y lo hubiera sentido rico si no fuera porque comí con el dolor de estar peleada con Mas.

Mi ProtegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora