Cuando entré a las oficinas de los chicos, lo primero que vi fue el escritorio que solía ser de Sarah. Me quedé parado solamente por recordarla ahí sentada, hasta que una voz me regresó a la realidad antes de prolongar mi demora.
–Hola.
Parpadeé unas cuantas veces seguidas y me tragué la incomodidad que surgió inevitablemente por tener ahora otra versión de ella.
–Alexa, buen día. – dije y sonreí más por educación que por gusto.
–¿Cómo estás? –me preguntó con amabilidad.
–Bien. – dije con sequedad, por o que de inmediato intenté sonar menos tosco. – ¿Y tú?
–Muy bien, gracias. Ya terminé de hacer el informe de ayer, y estaba a nada de ir a tu oficina para entregártelo. – se pasó el pelo detrás de la oreja y juraba que había pestañado como en plan de coqueteo.
Me dije mentalmente que estaba mal interpretando, y digo mal interpretando porque antes yo no lo hacía y una parte de mí quería creer que había una confusión entre la realidad y la suposición.
–¿Ya lo terminaste? Pero si eso se lleva horas.
–Lo sé. – soltó una risilla. – Ayer cuando llegué a mi casa comencé ese trabajo y ya terminé estando aquí.
–Bueno, pues me alegro. – dije cortante, pues mi objetivo de estar en ese lugar era ver a Connor y no a ella. – Te dejo, tengo que hacer otras cosas.
Ella se apresuró a decirme algo y sus palabras me detuvieron.
–Espera. – me tomó del brazo y yo enfoqué mi vista en eso, por lo que de inmediato quitó su mano con cierta vergüenza. – Perdón. Es que quiero disculparme por lo que te hice anoche. – se volteó a ver los dedos.
–No te preocupes. – dije de inmediato.
–No. En serio perdón. Vi que tuviste problemas con tu novia después de eso, y me imagino que ha de pensar lo peor de mí cuando no es así. De veras me siento muy mal y, aunque lo niegues, sé que discutieron por mí. – la miré fijamente para examinar si me mentía. – No tuve opción y lo sabes. No había otra manera para...
–No te preocupes. – la interrumpí y ella guardó silencio. – Eso ya quedó en el pasado y no te sientas culpable, porque para mí no significó nada más que trabajo y se lo expliqué a ella, así que, todo en orden ¿de acuerdo? – sonreí, le di una palmadita en el hombro y por fin continué mi camino.
¿Había sido grosero? No lo sabía, pero fuera verdad o mentira su interés hacia a mí, yo no iba a permitir que avanzara.
Connor Bennet puso su vista en mis ojos en cuanto vio que me acercaba a él. Luego giró bien su silla y se levantó.
– Jefe. – saludó con su tono serio tan distinguido.
–Hola. – lo saludé y ahora sentí nervios por no saber cómo comenzarle a hablar.
Ni siquiera tenía un plan y me había lanzado al abismo.
–Muchas felicidades por la misión de ayer. Supe que todo fue un éxito.
–Sí, casi todo. – lo último lo dije en un susurro.
Connor levantó ambas cejas y su frente se le llenó de líneas cargadas de dudas. A este paso, de seguro ya me tenía estudiado todos los gestos y movimientos que había hecho.
–¿Puedo ayudarte en algo? –preguntó con un toque de intriga.
Yo me mordí el labio y luego intenté sonreír para liberar tensión facial.
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Mi Protegida
RomanceDespués de la apasionante historia de Evant y Arianna en "Mi Guardaespaldas" llega "Mi Protegida", historia que gira en torno a Sarah y Maslow y puede ser leída de manera independiente. Sarah, de 29 años descubre estar profundamente enamorada del ag...