Capítulo 38

1K 71 43
                                    

Mi estado de ánimo se encontraba en juego, pues tenía muchas emociones encontradas y no podía definir si todas ellas eran positivas, neutras, o negativas. Me sentía bastante rara porque no había salido de una situación y ya estaba en otra, y aunque Leonard no había solicitado mi presencia, sabía que lo haría en cualquier momento. Y me preocupaba perder el control estando con ese hombre, porque yo era una bomba de coraje que explotaba todo el tiempo.

Agradecía mucho el apoyo inesperado que Fran me brindó mediante la llamada, pero no sabía si de verdad estaba lista para trabajar independientemente, porque el FBI era parte de mi vida. De hecho, esta era mi vida. Todo un sueño estando aquí, y ahora que tengo que despertar de él no es algo tan agradable. Incluso estaba segura que esto de alguna forma afectaría mi autoestima y forma de vivir.

Ya no me levantaría con horas de anticipación para que el día me rindiera, y tampoco manejaría hasta acá. Una vez despedida, no me podrían abrir las puertas ni porque fuera esposa de Maslow. Eso lo tenía muy claro, y ahora me quedaba aferrarme a la alternativa que me estaba brindando Fran. No había de otra, pero por ahora tenía mucho que reflexionar.

–¿Por qué tan pensativa? – preguntó una voz a un costado de mi hombro, y al voltearme, me encontré con los ojos de Connor.

Parpadeé varias veces seguidas, y traté de dar mi mejor sonrisa.

–Bueno, es que hay tanto que hacer por aquí que me tiene pensando...– volteé a ver a otro lado.

–Espero que todo esté bien. Te noto preocupada, y por eso vine.

Le dediqué un gesto de agradecimiento por la preocupación hacia mi persona.

–Muchas gracias Connor.

La mirada que Connor sostuvo me ocasionó un cosquilleo similar a los nervios, pero no era agradable, era incómodo.

–Me imagino que estás enterado de que Sarah es la novia del jefe, ¿verdad? –se acercó Jerry con tono bromista.

–¿Ya vas a empezar? –dije y de repente sentí un golpe de tristeza.

Yo ya no iba a poder pelear con Jerry. Ni con nadie de aquí. No podría estar en la oficina ni trabajar con ellos. Joder, me dolía tanto.

–Lo estoy. – le respondió Connor. – ¿Por qué tengo que recordarlo?

–Porque sé lo que se siente que esta mujer te deje enamorado y que luego se vaya. – dijo Jerry y yo me empecé a reír. – Pero descuida, lo podrás superar.

–Ya, calma. Que solamente vino como colega. – le respondí.

Jerry levantó una ceja y yo intenté mantener una sonrisa pura.

–¿Estás menstruando o algo así?

Connor cerró los ojos cuando escuchó eso y Evant desde donde estaba soltó una risa que no pudo contener.

–¿A qué viene esa pregunta? ¿Estás loco? –dije en voz alta.

–Tienes un semblante medio raro. Por eso lo dije.

Volteamos a ver a la puerta y Maslow estaba ahí, entrando a paso lento y sonriendo con la preocupación escondida.

–¿Lo escuchaste? –le preguntó Evant a mi novio.

–No está menstruando. – le respondió Maslow y los chicos se empezaron a reír, incluyendo a Susana que estaba en su escritorio, a un costado mío.

Mas se acercó y ahora lo tenía de frente.

Intercambiamos miradas de complicidad, y yo no sé por qué empecé a sentir miedo. Creía que me podía romper en cualquier momento.

Mi ProtegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora