Mi Protegida

Capítulo 34

Cuando avanzamos más, nos percatamos de que detrás de los muros que nos rodeaban, se escuchaban disparos potentes.

–Maslow, puedo verte en la cámara de seguridad de ese pasillo y alguien te está esperando en el pasillo que tiene un cruce de letra "T". – me advirtió Zack.

–Entendido. – dije bajito para que no me escuchara nadie más que él.

Metí una mano en una de las bolsas de mi ropa, y cuando lo toqué, de inmediato lo saqué, hice presión hasta que sonó un clic y lo arrojé hacia esa dirección. Fue una explosión instantánea, pues se trataba de una especie de bomba de humo para despistar al enemigo.

Los disparos hacia mi dirección no tardaron en llegar, sin embargo, los pude evadir y enfrentarme cuerpo a cuerpo del tipo.

El hombre golpeaba muy duro, así que opté por bloquear sus ataques con maniobras que recordé practicar en un entrenamiento. Luego le golpeé la costilla con tanta fuerza que lo tiré.

–¡Maslow detrás de ti! – gritó Zack por medio del auricular.

Mi cuello se sintió pesado y doloroso al mismo tiempo, pues alguien se me abalanzó encima y lo estaba sujetando con fuerza.

En ese momento, en vez de entrar en pánico y llevar mis manos a las que me estaban quitando el aire, lo que hice fue desprender un cuchillo que había guardado estratégicamente en uno de mis costados, y en ese instante lo incrusté directamente en la dirección de mi cuello, escuchando al mismo tiempo el grito de dolor del sujeto que buscaba matarme porque yo había atravesado su mano con él.

Me soltó cuando la sangre se escurrió con rapidez.

Antes de que el sujeto que había tirado al suelo pudiera hacerme algo, le disparé en la pierna y después justo en una de sus manos. El dolor que sintió el tipo fue tanto que gritó casi suplicando morir.

En ese momento, con su mano disponible sacó una pistola quién sabe de dónde y cuando me quiso apuntar lo que logró fue dispararle a su compañero porque me agaché en cuanto tuve la oportunidad.

De paso le golpeé la cabeza y ahora sí quedaron inconscientes los dos.

–Bien hecho Mas. Ahora tienes que ir con los demás. Están teniendo una batalla allá afuera, pero Evant ya bloqueó todas las entradas junto con su equipo.

–¿Evant ya está aquí? – le pregunté a Zack.

–Sí.

–¿Está bien?

–Sí, no te preocupes por él. Tiene buena defensa. La que se está luciendo es una mujer que dice Fran que se llama Alexa.

–¿Por qué lo dices?

–Es la que más hombres ha bajado.

–Rayos, pues qué bueno que sea así. –dije.

Seguí caminando por el pasillo que, por cierto, se me hizo muy largo, y lo que hacía en él era buscar información, computadoras, memorias, lo que fuera posible de sacar para llevarlo a examinar al FBI para vaciar todo lo posible de esta gentuza.

–Mas, ya casi no te veo. Me temo que por donde vas no hay cámaras o quién sabe qué sucede. Ya no me aparecen más imágenes.

–Descuida, me has ayudado bastante.

–Oye, pero si te hieren procura no dejarte vencer. Recuerda que tienes a Sarah y ya sabes cómo se va a poner si sabe que te hicieron algo.

Zack estaba preocupado por mí, pero era evidente que también lo hacía por Sarah. Eso me había causado un poco de incomodidad porque yo no ignoraba que todavía el chico sentía cosas por ella, y ese pensamiento fue el primero que me invadió en cuanto terminé de escucharlo. Hasta me sentí mal moralmente porque todavía él me estaba ayudando como para pensar mal de él en un momento tan crítico como aquel.