Mundo de Hombres (En edición)

Capítulo 7

Lunes 1 de Noviembre del 2026

15:45

Pasados tres días en Maranello me he encontrado con lugares increíbles, hemos visto un total de cinco departamentos, todos muy hermosos, pero ninguno aún me ha hecho sentir en casa. Nos encontramos caminando por las calles de la bella Italia, buscando el lugar en el que nos reuniríamos con una señora de Bienes raíces, yo miro a mi alrededor fascinada por la belleza de esta maravillosa ciudad, las calles son inmensas, adornadas por letreros de cafés, restaurantes finos o de comida rápida, los parques verdes y llenos de árboles se encuentran llenos de familias o parejas disfrutando del maravilloso día, los autos andan sin prisa por las calles, los ciclistas están en su carril específico, las escuelas dejan salir a sus alumnos terminadas las jornadas escolares y los padres van a recibir a los mismos.

Karen va tomando fotos de todo lo que ve, ella está fascinada con está ciudad, mira todo con emoción y no para de repetir que siempre que haya vacaciones vendrá a visitarme, pasamos frente a una universidad, hay alumnos entrando mientras otros salen de las instalaciones, yo sacó mi teléfono y comienzo a grabar vídeos para enviárselos a Andy, y hablando del mencionado no ha dejado de hacernos videollamada por Whatsapp diciendo lo mucho que nos extraña y lo aburrida que ha sido la semana sin nosotras, también él ha visto algunos de los departamentos visitados pero no le ha gustado del todo ninguno, dice que deben ser dignos de una reina como él porque los va a visitar.

Mi mamá en cambio ha sido casi imposible poder sacarla de las tiendas de café y heladerías de la ciudad, aunque viaja mucho a Italia con mi papá siempre disfruta las cosas con muchisíma emoción, es algo en lo que nos parecemos, por lo cual, siempre en la mañana desayunamos en una pequeña cafetería que está a unas cuadras de distancia de nuestro hotel, y en las tardes debemos detenernos en alguna tienda de gelatos para que ella pueda comer su dosis diaria, yo no me quejo, me encanta la comida local, pero la que me ha vuelto loca desde que la probé es la pasta, yo soy fan número uno y en este lugar es celestial la manera en la que la preparan -Dios soy una exagerada- 

Seguimos caminando hasta la calle Montagani, aquí nos reuniremos con otra chica de Bienes raíces que nos mostrará otro departamento, la calle es muy hermosa, adornada con árboles llamados "Castaños de Indias", por lo que podía notar era una calle comercial, había pequeños restaurantes en la calle, la entrada a una pequeña plaza se encontraba a la mitad de la banqueta de lado izquierdo, del lado derecho del centro a la parte sur de la banqueta se encontraba un parque muy hermoso, con juegos para niños y sitios para sentarse, mesas para comer y algunos puestos de venta de alimentos, la calle me encanto en primer lugar.

Seguimos caminando y llegamos al edificio donde se encontraba el departamento, era muy alto, como de unos 16 pisos, tenía ventanales largos que lo cubrían en su totalidad, todos perfectamente limpios, al entrar a la edificación la recepción es hermosa, es como una sala de estar gigante, con sillones muy finos de color gris, en la pared de la izquierda se encontraba una pecera enorme, decorada muy hermoso y sus habitantes nadaban con libertad en ella, del lado derecho había una pared de rocas que cubría completamente dicho espacio de la cual salía agua -una fuente- y frente a mi en la pared opuesta a la entrada estaban unos elevadores y unas escaleras de servicio.

Sentada en uno de los tantos sillones se encontraba la Señora Veretti, ella nos mostraría el departamento el día de hoy, hasta ahora todo me estaba gustando demasiado; nos saludo y procedimos al elevador, al abrirse las puertas del mismo pude notar que son esos elevadores que se abren de adelante y de atrás, la Señora Veretti presionó el botón del piso cinco y procedimos a subir, al llegar a nuestro destino las puertas detrás de nosotras se abrieron, dándonos paso a un hermoso vestíbulo color azul celeste con pisos decorados tipo mármol, caminamos hasta el departamento número 503, la Señora Veretti sacó un juego de llaves y abrió la puerta de madera.