Capítulo 21

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Domingo 3 de Agosto del 2027 

Disfruté tanto como pude mi último mes en México, salí con mis amigos de viaje por varios lugares de la república, pasé mi última semana con mis padres y ahora por fin me encuentro llegando al aeropuerto de Mónaco.

Cuando mi avión llega espero "pacientemente" a que todos bajen y una vez que estamos en la sala de desabordo corro como alma que lleva el diablo hasta la zona donde te recogen, mis piernas superan las velocidades de un auto de fórmula uno *osiosi* y esquivo a las personas conforme voy pasando, algunas miradas molestas se dirigen a mi otras extrañadas pero mi cerebro parece pasarles factura ya que eso no ocasiona que me detenga, lo único que quiero es por fin llegar a los brazos de mi novio y no soltarlo jamás, lo he extrañado demasiado y sé que él a mi, este último mes hablábamos todos los días por lo menos tres horas y nunca nos quedábamos sin temas de conversación, y cuando teníamos que colgar no era porque quisiéramos, sino que ya era tarde en Mónaco y él debía dormir.

No fue hasta ese momento separados que me dí cuenta del impacto que tenía en mi vida Charles, es decir, no necesitaba estar con él siempre, pero lo deseaba, quería compartir momentos, experiencias, sentimientos con él y no podía, no dependía de su compañía, pero en cierto modo mejoraba mi actitud cuando estaba con él, me traía alegría y paz.

Sigo corriendo desesperada por ver a mi novio, en este punto ni a él ni a mi nos importa que se sepa que somos pareja, ya decidimos que queremos hacerlo oficial y no seguiremos escondiéndonos, al parecer él habló con el Señor Barambilla y nuestro jefe no tiene problema de que estemos juntos, al final de cuentas ambos somos completamente profesionales y podemos comportarnos como la situación lo pida.

Cuando llegó a las puertas de cristal deslizables espero a que se abran y cuando por fin lo hacen frente a mi está el hombre de mis sueños sosteniendo un enorme ramo de girasoles y un bote de helado de vainilla, me quedo unos segundos estática mirándolo, y me pregunto si en este mes que no lo he visto ha logrado ponerse aún más guapo de lo que recordaba, después de analizarlo unos segundos mis piernas reaccionan antes que mi cerebro y corren a él desesperadas, mi piel quema pidiéndome con desesperación ser tocada por la de este bello hombre frente a mi; cuando solo unos centímetros nos separan del otro suelto mis maletas y saltó sobre él, enrollo mis piernas al rededor de su cintura y mis brazos lo abrazan por el cuello, el me rodea con sus varoniles y fuertes brazos y entierra su rostro en mi cuello, yo me sostengo a él con fuerza extrañando la forma en la que nuestros cuerpos encajan a la perfección, sonrío y acto seguido me separo un poco de él.

Al hacer dicho acto Charles me mira unos momentos y yo aprovecho ese acto para admirar su belleza de cerca, me pierdo en esos hermosos ojos que a pesar del tiempo que han estado a mi lado no han perdido su magia ni belleza, sino que parece que con cada día que conozco a Charles su mirada se hace cada vez más bella, es tan hermoso y no puedo quitarme la idea de la mente, juego con su cabello, sintiendo lo suave que es y no puedo evitar que una sonrisa se implante en mi rostro, pienso en lo afortunada que soy de tener a un hombre como él a mi lado, y no me malentiendan, no me estoy haciendo menos ni nada por el estilo, es solo que: los pilotos de fórmula uno siempre están rodeados de mujeres sumamente hermosas, con cuerpos perfectos, y rostros angelicales, yo no soy fea pero tengo manchas en mi rostro por el sol, algunas marcas que quedaron de granos en mi adolescencia, tengo estrías por las diferencias de peso que he tenido a lo largo de mi vida, mi abdomen no es plano y mi cabello no está del todo libre de puntas abiertas, porque lo siento, si esperabas una protagonista perfecta no te la puedo dar, soy ser humano, y nadie puede jamás en la vida real sin mucho dinero y personas cuidando de ellas llenar los estándares que marca la sociedad; pero a pesar de todo lo que acabo de decir Charles logró ver más allá, logró ver la belleza detrás de algunas imperfecciones, que no son tan importantes pero al final están presentes, se enamoró de mi y me respetó completamente.

Mundo de Hombres (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora