—¿De dónde narices cayó este tipo?
—¿Le habrá dado un rayo de lleno?
—No puede ser, si hubiera sido así, estaría frito.
—¿Y cómo sabes que no lo está? A penas se le ve con tanto barro.
—Pero míralo, está ido.
—¿Lo llevamos a un hospital?
—Mejor llamamos a la policía. ¿Allanó tu casa, no? O tu patio al menos. De algún modo, tuvo que saltar la tapia.
Con la excitación del momento, vamos soltando todas estas preguntas y teorías a borbotones, casi sin dejar tiempo de que nadie las conteste. En cambio, estamos tratando de entre los tres, cargar a este tipo hasta la casa. Sí, ya sé. Lo más normal no es meter a alguien que apareció así al interior de tu hogar, pero os explico.
El hombre parece asustado, así que hemos tenido que luchar para que nos dejara sujetarlo, también está completamente desnudo y por lo visto, se llenó del barro que ha producido la lluvia al enredarse con la lona de la pérgola y caer. Así que básicamente, ahora es una croquetita de barro. Además, cuando hemos querido ponerle en pie para que caminara, no me preguntéis por qué, pero no ha podido sostenerse sobre sus piernas y eso que a primera vista, parece alguien en bastante buena forma física. Pero quién sabe si puede estar lesionado o drogado. ¿Algo más? ¡Ah, sí! Que aún no ha soltado prenda, más allá de los quejidos o sonidos de rechazo que emite cada vez que tratamos de sujetarlo.
Una vez dentro de la casa y prácticamente llevándolo a rastras, pues pesa como un condenado, los inconscientes de mis amigos lo dejan caer sobre la alfombra del salón.
—¡Genial! ¡Ahora tendré que llevar la alfombra a limpiar! —No voy a quejarme, me he prometido a mí mismo que se acabó el mal humor.
—Yo te lo pago, pero no pienso cargar con este tipo, ni un metro más. —Supongo que el despertar de una borrachera ideal para Rhodey, no incluye cargar a un tipo más grande que él, así que le concedo eso por esta vez.
Mi amigo se arrodilla frente al hombre, que ahora se encuentra mirándose los brazos como si estuviera viendo algo nuevo o diferente en ellos y pienso, que debe ser el barro. O eso, o estoy por decir, que quiero lo mismo que él se haya tomado.
—Hola, ¿me escuchas? —Rhodey trata de que deje de mirarse los brazos y le preste atención, mientras yo observo la escena de pie, desde detrás de él y Pepper, desde las espaldas del hombre—. ¿Me puedes decir tu nombre?
Todos estamos expectantes, pues en un principio, el extraño parece querer articular alguna palabra. Abre la boca y nos deja ver unos dientes perfectos y blancos que me hacen pensar, que al menos ha tenido una buena higiene dental en su vida, pero al final, no logra emitir ningún sonido; por el contrario, vuelve la vista de nuevo hacia su cuerpo con una rara fascinación. Se mira las manos y los brazos, después se toca el pecho casi rozándolo con la palma, supongo que no quiere ni tocarse con toda esa porquería que lleva encima, pero seguido de eso, baja hasta cierta parte de su anatomía, la sujeta entre sus dedos índice y pulgar y la levanta hacia arriba mientras la mira ladeando la cabeza.
—¡Oh! No, no, no. ¡Nada de pajas sobre mi alfombra! ¡No seas asqueroso! —Aparto rápidamente a Rhodey de delante suyo y me arrodillo frente a él sujetándole los brazos para que deje de tocarse. Tengo que admitir que el tipo parece estar bien dotado, pero no me detengo en eso; me esfuerzo en recordarme a mí mismo, que ese tipo de pensamientos es lo último que quiero tener ahora. Como puedo, logro levantarle las manos para que así se suelte, y de pronto siento como Pepper le lanza algo encima de esa zona para cubrirlo.
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CAÍDO.
Fanfictionfic Stony (ambientado fuera del universo Marvel.) OOC Tony decidió plantar cara a su padre y desvincularse de sus negocios. Ha decidido valerse por sí mismo y dedicarse a ayudar a los menos favorecidos, siguiendo con las fundaciones de ayuda de su...