¿Por qué nadie me cree cuando digo que he ido a hacer unos trámites? Si hasta llevo mi lustrosa carpeta entre las manos.
Tras una rápida discusión por lo bajo con Pepper y algunos codazos, ya que según ella, no está bien llamar la atención delante de todo el mundo, se ha dedicado a mirarme con los brazos cruzados durante todo el tiempo que he tardado en llegar hasta mi despacho, y Steve, desde el lugar que le asigné, también.
Lo sé, me porté como un egoísta al escaparme así y no medir las consecuencias, pero de verdad no esperaba que se dieran cuenta tan rápido. Intento no mirar a Steve, porque he notado, que pese a su pose firme, su pecho sube y baja dejándome claro que la ansiedad ha vuelto a hacer mella en él. No sé cómo, pero tengo que encontrar un equilibrio en el cual, él no sufra y yo pueda rehacer mi vida.
Se supone que yo soy el jefe, así que aunque no sea del todo correcto, paso de darles explicaciones y me encierro en mi despacho para ir atendiendo uno a uno, a quienes llevaban ya un buen rato esperando. En mi defensa diré, que no tenían cita realmente, solo eran personas que vinieron sin más, cosa que sé que sucede todos los días, pero ese no es el tema.
El resto de la mañana pasa rápido, demasiado. O será que no tengo ganas de salir de mi escondite y enfrentar el berrinche de mis amigos; pero como se suele decir, mereció la pena. Al final mi escapada no fue en vano y pude ver a Víctor; aunque al final resultara que igualmente él pensaba buscarme. Está claro que el pobre hombre está enganchadísimo de mí, y eso me hace sonreír. Aún soy deseable, sino para todos como siempre creí, al menos sí para él.
Cuando llega la hora del cierre, trato de recoger lo más rápido posible para así salir disparado a casa. Eso no me librará del escrutinio de mi Adonis particular, al cual pienso llevarme conmigo pase lo que pase, pero sí creo que seré capaz de ahorrarme el del resto.
Bueno, o eso pensé por un momento, pero por lo visto estaba equivocado, ya que para mí desgracia no es así. A veces se me olvida que mi amiga Pepper me conoce más de lo que me conozco yo a mí mismo, y por eso ha planeado adelantarse a mi huida.
La rubia entra en mi despacho por sin que me lo espere, mientras aún trato de recoger, y hace pasar a Steve, cerrando la puerta tras ellos.
—Ya no quedan más cheques de comida, aunque si el rubio quiere, lo puedo enviar a un centro de acogida que hay a las afueras. Me han dicho que está muy bien y que hasta el momento, solo un usuario se les escapó. —Trato de aligerar el ambiente, mientras termino de recoger.
—¿Nos vas a contar dónde estabas esta mañana y por qué no avisaste de que te ibas? —Por lo visto no van a dejar que me escaquee esta vez.
—Un momento. ¿Quién te nombró jefa en mi ausencia? ¿Fuiste tú, Adonis? —Le señalo con un boli mientras apoya su fornido cuerpo en la puerta, imagino que para evitar que yo salga huyendo como los cobardes, pero lo que no sabe, es que para mí desgracia aún en esta situación, preferiría quedarme solo por poder apreciar su figura desde este ángulo.
—Responde a la señorita Potts, te hizo una pregunta Anthony.
—Veo que ya... controlas perfectamente eso de hablar y de enfadarte conmigo. ¿Alguna otra facultad nueva que me quieras contar? —Steve rueda los ojos, creo que mi bebé se hizo mayor en tan solo unas cuantas horas y que además, perdí la custodia en favor de Pep.
—Sí, la de detectar tus mentiras, aunque esa, siempre la tuve.
—Vale, ya veo que ambos os habéis compinchado en mi contra. Que sepas, que esta noche duermes en la cama de Pepper ¿Ok?
—¡Perfecto! —Pepper es rápida.
—¡De eso ni hablar! —Justo un segundo después de contestar, me doy cuenta por su cara, que solo lo dijo para provocarme, y yo he caído como un tonto, pero ahora ya es tarde.
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CAÍDO.
Fanfictionfic Stony (ambientado fuera del universo Marvel.) OOC Tony decidió plantar cara a su padre y desvincularse de sus negocios. Ha decidido valerse por sí mismo y dedicarse a ayudar a los menos favorecidos, siguiendo con las fundaciones de ayuda de su...