|||RUBÉN|||
Mis labios aun quemaban, era a una sensación nueva, aun sentía la calides de las manos de Samuel sobre la piel de mi cintura.
Este tipo de experiencias eran algo tan inexplorado para mí... sentía mi rostro rojo, mi mente estaba tan paralizada, que no me inmute cuando se fue por la puerta de mi cuarto.
Tenía la sensación de que algo había cambiado, pero no lograba distinguir si era un precentimiento malo o bueno, y eso me estresaba.
Ya con los sentidos más estables, camine directo a mi closet, estaba dispuesto a quitar mi ropa, más con el deslisar de esta por mi cuerpo, sentí una sensación extraña, mi cuerpo avía sobre reaccionado y me había hecho soltar un suspiro. Me miré al espejo y examine mi cuerpo, sentía un ardor en mi cintura que aún no se iba, y al mirarme bien en el espejo, supe por qué... Unas marcas rojas se encontraban cubriendo parte de mi cintura, estas tenían formas de manos... Las miré con miedo, conocía estas marcas, eran castigos de los Dioses ... Pero ... ¿Porqué?, si aún no era nombrado Efebo ni mucho menos, y eso quería decir que no había razón por las que estas marcas pudieran aparecer sobre mi piel.
Tome una bata de mi perchero y cubrí mi cuerpo, camine directo al pasillo y me dirigí a él cuarto de Mangel, entonces me cuestione si tocar o no, las preguntas de el que diría o lo que pensaría me comían la cabeza, más el era de las pocas personas en las que podía confiar en estas situaciones.|||NARRADOR|||
El castaño tomó el mayor valor posible y con tres delicados toques, llamó a la puerta de su mejor amigo. Unos tranquilos pasos resonaron en el interior de la habitación, y el rechinar de la puerta siendo habierta iso que las piernas de el castaño temblaran.
- ¿Rub? ¿Qué pasa? - dijo un chico de cabellos negro cenisa con gafas sobre sus achocolatados ojos.
-necesito que veas algo... - la voz seria y preocupada del castaño puso al de gafas en alerta, pues era extraño ver a su amigo de aquella manera preocupada.
-claro, pasa... -
El castaño caminó lentamente mientras el peli negro se hacía a un costado para dejarle pasar, mientras le examinaba, algún indicio de que se hubiera lastimado o se hubiera metido en un problema que le llebo a un castigo, aunque si haci fuera, el sabía que después de aquella noche, los monjes no se atrevían a tocarle un pelo.- Rub, puedes confiar en mí para lo que quie... - el peli negó no había acábado de hablar puesel castaño le interrumpió.
-tengo las marcas de las inpurezas... - aquello le había caído como un valde de agua fría al peli negro.
-¡¿PERO CÓMO?!, ¡¿SABES QUE ESTE ES UN TEMA DELICADO?!- hablo con desesperación el peli negro. Incluso había hecho retroceder al castaño hacia la puerta.
Las marcas de las impurezas, eran marcas rojisas en el cuerpo que según las leyendas de los monjes, eran dadas sólo por demonios, los cuales probocaban indecencia en cuerpos puros, sin importar género, edad o lugar de origen. A ambos le habían enseñado aquello en una de las claces de simbologia y medicina impartida por los monjes hace un par de años.
- ¡QUE ESO YA LO SE! pero por favor escucha... - lo último lo había dicho de una forma algo dolida, y con una mirada que le rompía el corazón en pedazos al peli negro.
-es.... Esta bien... - dijo tartamudeando mientras su mirada yacía mirando al suelo. El castaño le miró con incomodidad y se mordió el labio, no sabía cómo explicarlo.
-yo, no sé cómo... Decírtelo... - un nudo se había formado en su garganta, y sus ojos estaban por aguarse. - estaba... Con... -
Entonces el peli negro le miró con seriedad y le tomó los hombros, alguien le había tocado con dobles intenciones, y aquello había sido posesión de algún demonio, según lo que sabían.-¿con quién estabas Rubén?... - su vos salió seria, más el castaño al ver el repentino cambio de el humor de el peli negro ya no quería contestar. - ¡¿CON QUIEN?! - ese grito le había asustado, lo cual hiso que sus lágrimas cayeran de sus ojos abiertos por el susto. El peli negro se sintió culpable, e inmediatamente soltó al castaño para poder mirarlo... Y con un suspiro se dirigió a la puerta... - traeré cosas para curarte... - el peli negro se fue por la puerta y el castaño solo atino a llorar con más libertad, deshaciendo poco a poco aquel desagradable nudo en su garganta...........................
El peli negro buscaba con rapidez los ingredientes nesesarios para sanar al castaño, mientras la pregunta de quien pudo haber hecho aquellas marcas compenso a acechar sus cabeza, más había aún una duda aún más grande... Si un demonio había hecho aquello, ¿por qué no había terminado su trabajo? ... Porque, según les habian enseñado, esas marcas rojas aparecían justo después de haber quitado toda puresa de su víctima, lo cual les dejaba débiles y sin color en la piel, más en cambio, el castaño parecía estar en perfecto estado físico.
El peli negro sólo soltó un suspiro, y con las cosas en mano, se encaminó de nuevo a su cuarto..........................
En otra parte de aquel pueblo, un joven de ojos violetas y mata negra, corría a toda velocidad hacia su casa, pues tenía que tomar un baño urgente mente... Este tocaba sus labios como si de algo nuevo se tratacen, y miraba el sol a punto de caer.... Más una voz le sacó de su trance.
-¿Samuel?... - era una voz dulce y tranquila, la cual provenía de un chico de brillante mata blanca, este caminaba ya desde hace un rato por el pueblo con la esperanza de encontrarte con el peli negro.
-Willy... - dijo el peli negro en un susurro, después se lanzó a abrazar al albino.
El corazón de el albino se aceleró, aquéllo le había tomado por sorpresa, su voz quería salir pero un nudo se había formado por los nervios en su garganta.
- ¿qué sucede?... - el silencio de parte de él peli negro le empeso a preocupar. - ¿Samuel?... - el albino correspondió al abrazo y solo guardo silencio, aunque tenía algo de miedo de que el peli negro escuchara el acelerado ritmo de su corazón.
-Willy... Creo que, estoy enfermo... - el de ojos amatista había susurrado en el oído de el albino, y este se había erizado al sentir el aliento tibo de él pelinegro. - acabo de cometer una locura... Lo peor, es que no me arrepiento... - el pelinegro se separo de el albino y pudo ver la expresión de su cara, era una mescla entre satisfacción y malicia, lo cual el albino nunca había visto.........................
Hola gracias por terminar el capitulo y felicidades willy mi tortugito favorito, se te quiere chinito...
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BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADA
RandomAhí estaba un pequeño oso bebe, con suave pelaje castaño, pequeñas orejas abultadas y una nariz respingadita. Este corría divertido junto a lo que parecía ser su pequeño hermano y bajo la mirada protectora de su madre... De pronto una pequeña y deli...