IX

745 101 18
                                    

|||NARRADOR|||

El castaño miró extrañado la cara asustada de el pelinegro, mientras este se mantenía confundido por la repentina alucinación que había tenido, pues se había sentido tan real...
                                - ¿que paso? Estas bien... ¿Sabes que arruinaste el momento, no? - dijo burlona mente, más al no recibir respuesta por parte de él pelinegro este se quedo callado. El castaño  se puso de pie nuevamente y se acomodo la túnica, se acercó a él pelinegro, más este le apartó con cuidado. De pronto unos ruidos en el pasillo los sacaron de su borbuja y comenzaron  a separarse. 

|||AURON|||

No estaba seguro aún sobre la decisión de el Superior, pero no tenía de otra, el confiaba en mi para cuidar  de el templo... Y de Rubén.

Camine despacio por los pasillos de el templo, y desde el pasillo miraba a los monjes caminar de un lado a otro en el patio, miré después aquel bonito arbol lleno de plegarias en sus anchas ramas y raíces. Cuando vi una de ellas a la lejanía una sonrisa se formó en mi rostro

"-tuno eres nadie, y nunca lo serás... Eres un traidor, y eso nunca va a cambiar ...-"

Aquel pensamiento me heló la sangre, el solo hecho de recordar cuantas lágrimas derrame aquel día y lo mucho que tuve que correr para escapar de él me hacía sentir mal.
Cuando llegue a la puerta de mi cuarto, recordé que yo realmente, no tenía la menor idea de lo que se hacía en este templo, así que decidí ir por una de las personas que más sabia de esto...
                          - Rubén... - camine es su búsqueda, aparte de que me ayudaría a entender lo que hacían, podría ponerme al día con el, ya que desde que llegué las únicas conversaciones "largas" que tuve con el  fueron durante el desayuno. Camine durante un rato y no tube rastro de él, entonces estuve a punto de decistir, cuando de pronto un sonido seco de algo callendo al suelo detuvo mi caminar, venia de la biblioteca. Y cuando me acerque para abrir la puerta, escuché la voz de Rubén diciendo algo que no logre entender... Después abrí la puerta, encontrándome con Rubén y con su amigo de cabello negro y ojos morados... ¿Samuel? ¿Así era como se llamaba? ...
                        - hey chicos... ¿Que hacen?... - pregunté con intriga viendo como Rubén se apartaba lentamente de donde estaba acia mi.. 
                        - nada... Solo le platicaba sobre los libros que leía... - dijo sonriendo, yo le mire con ternura, yo lo quería mucho, el era como mi hermanito, su sonrisa siempre me traía tranquilidad.
                       - esta bien... Por cierto, te tengo una noticia... -  dije con una emoción finjida, si quería conseguir su ayuda sin que se preocupara debía convencerlo de que no estaba nervioso. El me miró con duda, yo miré a Samuel, el cual me miraba con el sueño fruncido. - el Superior me dejo a cargo de él templo unos días... - dije con una sonrisa mientras le tomaba de los hombros.
                           -  ¡no lo creo! ¡por fin! - dijo con una alegre sonrisa mientras se lanzaba a abrazarme por el cuello.- ya se había tardado en darte una oportunidad... - dijo viéndome directamente a los ojos, sonreía con dulzura y con tranquilidad.
                 Entonces sentí un aura acesina proviniente detrás de Rubén, mire por el costado de su cabeza, vi a Samuel traspasando mi cuerpo con su mirada, tenía los ojos oscurecidos y su mirada fija en mi, lo cual causaba una corriente fría recorriendo mi espalda con rapidez, mi guardia había subido repentinamente, era un aura acesina que había sentido anteriormente en una de las mucha batallas que había tenido.
             Me aleje de él con lentitud, sentía  como mi respiración se entrecortaba y a pesar de no haber hecho nada que me lo dificultará, sentía que me asfixiaba y que el pecho me dolía.
                            - bueno... Ya me voy... - dije caminando acia atrás con lentitud y con la mirada perdida, una vez me aleje de ese lugar mi respiración comenzó a regularse, era la misma sensación que se tenía cuando salías de algún peligro, esa en la que ya no sientes que tu cuello se estrecha.
                          
|||RUBÉN|||

Mire como Auron salía con lentitud por la puerta. Después dirigí mi vista acia Samuel, tenía su mirada fija en la puerta, y parecía no querer apartar su mirada de  ella.
                            - ¿Samuel? ¿Estas bien?... - le pregunté con curiosidad, más no me contestaba,  así que me acerque a él y toque su rostro con cuidado, fue entonces que me miró. - ¿estas bien?... - volví a preguntar, su mirada había buelto a ser oscura, pero esta vez  no me expresaba lo que anteriormente había visto, era más como ira, dolor o tristeza... Era como si me estuviera reclamando algo que hice... Y no lo podía decir.
                            - si... Estoy bien, solo que yo también te hiba a decir algo... - su voz decaída me había hecho sentir cilpable, y no sabía el por que...
                            - ¿y eso vendría siendo...?-  el me miró y sonrió con pesades...
                            - pues... Dentro de poco yo... Me iré a la escuela de caballeros de la ciudad.... - le mire con sorpresa
Eso era genial, más algo dentro de mi pecho se había removido de forma extraña.
                            - Vaya... Eso es muy bueno... - le dije tratando de hacer que no se notará mucho el nudo que se había formado en mi garganta, era como si cada uno de los pilares que había formado estuvieran por caer, ¿por que?... ¿El encerio se irá? ¿El quería irse?.. Y de ser así, yo no podría detenerlo, porque si el quería irse, el se iría...

|||SAMUEL|||

Su reacción no había sido para nada lo que esparaba,  no era ese el rostro que yo quería ver, era una mueca entre incomodidad e indiferencia, su voz un cúmulo de incomodidad mal disimulado. El pensar que justo momentos antes lo había visto saltar a los brazos de alguien más, con una emoción y euforia, que seria, al parecer, solo un sueño sin cumplir, porque durante años, yo espere esa alegría esparcida en mi entorno, yo espere ese abrazo emocionado, yo espere ver esa sonrisa y esos ojos llenos de luz recibiendo mis logros, yo espere a Rubén,  y ay veces que el corazon, se cansa de esperar.
             Lo mire con enojo, celos, con el corazón hecho pedazos, sentía que en cualquier momento mi cuerpo caería rendido ante las lágrimas, pero no me dejaría llevar por mis sentimientos, el no me haría caer como durante años lo había hecho.
                          
|||NARRADOR|||

El pelinegro empeso a sonreír con cinismo, y el castaño sólo lo vio espectante.
                       - ¿no crees que es bueno? ¡¡¡Me iré dentro de unos días, y ya no te estorbare en tu intento por ser algo que nunca serás, porque nunca as servido de nada, todos se dan cuenta de que lo único que  haces al Superior y a todos es estorbar, y ¡ALÉGRATE! ya no tendras que obligarte a soportarme  ni preocuparte por qué interrumpa el mucho cariño que tu y ese idiota que tienes por novio!!!Y ¡¡¡ESPERO QUE TE PUDRAS!! - el castaño sintió como sus ojos se llenaban de agua, aquellas palabras habían sido escupidas por la boca de el pelinegro con tanta fuerza y enojo encendido en celos, que no se daba cuenta que estaba facturando un corazón que desde el principio parecía con la fuerza de un diamante, más cuanto más palabras salían de su boca, aquel brillante diamante, se volvía un frágil troso de porcelana. Porque estaba cansado de esperar, pero ahora sus ganas de tenerle eran tan desesperadas, que hacía que le doliera el pecho. Más el castaño con lágrimas en sus ojos amenazando por caer compenso a dejar salir la pequeña  pequeña ración de veneno que se había formado al pasar de los años.
                             - ¡SI, ES VERDAD! ¡ES MEJOR QUE TE VALLAS! ME EVITAS MUCHOS PROBLEMAS! - la voz de el castaño salió quebrada y con tropezones, más eso no evitaba que saliera lo más crudo posible. -
Y ESPERO QUE TE VAYAS PRONTO, PORQUE VER TU ESTÚPIDA CARA ES LO ÚLTIMO QUE NECESITO, Y PERDÓN POR SER UN ESTÚPIDO INEPTO SEÑOR "TODO LO HAGO BIEN" Y OJALÁ QUE TE CAIGA UN MALDITO RAYO CUANDO ESTÉS EN PLENA BATALLA Y TE MUERAS! - lo último que dijo el castaño le callo como agua helada al pelinegro, sus piernas temblaron, y con enojo se fue de ahí, una ves ambos creían estar lo suficientemente lejos, se derrumbaron en el suelo llorando contra un inexistente consuelo que más que reconfortarlos los rompía aún más...

...........................

Ok....ya verán sale bay

BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora