VII

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|||NARRADOR |||

La mañana había llegado caprichosa entre unas oscuras nubes grises, si bien el día anterior parecía haber sido uno  de los días más bellos en cuanto al clima, ese día no daba señales de querer dejar ver el sol durante todo el transcurso de este.
                 Más un cansado albino había madrugado, lo suficiente para haber visto la llegada de aquellas nubes grises, pues no había conseguido conciliar el sueño durante toda la noche, pues una extraña sensación tenía nublando sus pensamientos, como un pequeño precentimiento de que algo pasaría. Aún con ese pensamiento seguía tirado en su cama mirando el techo pensando en cosas que por obvias razones jamás pasarían. El pecho le dolió al recordar la dulce mirada que el castaño y el de ojos violetas se habían dedicado el día anterior, una sonrisa pesarosa se había formado en sus labios, mientras sus ojos se llenaban de espesas gotas de agua salada empapando sus hermosos ojos color verde, ahora sin brillo de lo desilusionados que se encontraban, el estaba dispuesto a dejar todo por que la persona que más quería de esa forma fuera plenamente feliz, el se preguntaba, cuando llagaria alguien que hiciera aquello por el sin recibir siquiera un gracias, el no sabía cuánto lo deceaba hasta que sus ojos dejaron caer el cúmulo de lágrimas que llenaron sus ojos, porque aunque su madre siempre le había dicho que los niños fuertes solo lloraban por la muerte, el sabía perfectamente que la desaparición de una lejana ilusión también contaba como una de esas veces, haci que no se contuvo y dejó que estas calleran sin tropezones, mientras recordaba aquella mirada llena de esperanza color violeta. Entonces un fuerte rayo callo contra el piso en la lejanía, lo cual lo hiso separar su vista de el techo hacia su ventana, y un grito de su madre desde afuera llamándole  le hiso levantaré de golpe. El albino con miedo corrió hacia afuera mientras secaba sus lágrimas de sus mejillas, al llegar afuera su mirada se posó inmediatamente sobre su madre, la cual le daba la espalda mientras recoja lo que parecía ser un gran costal, más grande fue su sorpresa que la cabeza un joven yacía sobre el regazo de su madre.
                      - ¡GUILLERMO, CORRE Y LLAMA A EL SUPERIOR! - la voz decesperada de la mujer retumbó en sus oídos haciéndolo actuar de inmediato, salió de su casa en busca de el templo, pues una espesa niabla cubría ciertas partes de aquel pueblo, su mirada al identificar en la distancia una de las torres de el templo, corrió en aquella dirección. Al llegar a la puerta, llamó con decesperacion a la ayuda,  en un par de segundos la puerta había sido abierta abruptamente por el castaño, el cual al ver el estado desesperado y mojado de el albino, no dudo en salir corriendo en busca de el superior.

|||UN RATO DESPUÉS... |||

El albino se encontraba en portal de la sala de su casa, miraba con atención como el Superior curaba las eridas de aquel extraño.
                        - el chico estará consciente dentro de un par de horas... - dijo el superior con serenidad, mientras tomaba con cuidado una de las muñecas de el muchacho que yacía recostado en el sillón de la casa de el albino, este miraba con extrañes a el rostro de aquel muchacho, aparte de que nunca lo había visto rondar por el pueblo, este parecía de su misma edad, más nada se lo aseguraba.
                          - ¿y no debemos darle algún medicamento o remedio?- preguntó la mujer de alargados cabellos color blanco.
                          - tranquila señora Díaz... Conque le dejen descansar estará en perfecto estado... - contestó el anciano mientras salía de aquella casa en dirección al templo.
                 El albino se acercó con cuidado a él sillón mientras inspeccionaba la apariencia de el extraño. Era un chico de cabello castaño, tenía unas largas pestañas y su piel estaba levemente quemada por el sol, pues tenía un tono de piel Moreno claro, y parecía ser algo más alto que el, pues este apenas cabía en el sillón.

|||EN OTRO LADO|||

El anciano ya había dibisado el templo en la distancia, al igual que la silueta de un castaño esperando en la entrada de el mismo con una manta,  se sentía cansado mentalmente, últimamente estaban pasando muchas cosas, y la llegada de aquel chico de tes morena era una de sus nuevas inquietudes.
                      - Superior, ¿todo está bien?... - preguntó el castaño una vez que llegó a la entrada. - ¿era algo grave?... - su voz sonaba claramente preocupada y su sueño estaba señido en una mueca alerta.
                      - la madre de Willy encontró un chico inconsciente en su patio...ella estaba asustada, pero no era nada grabe, parecía estar cansado y solo tenía unos cuantos raspones en sus brazos... - contestó el anciano con pesades. Este apretó el puente de su nariz mientras se dirigía a su oficina.

BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora