XXVII

389 63 11
                                    

|||NARRADOR|||

El pelinegro de ojos violetas salió corriendo hacia afuera seguido por  el peli blanco de ojos esmeraldas, una vez que apreciaron el exterior sus manos se tomaron por instinto.
                          Los monjes corrían de un lado a otro, los niños salían de los salones del templo corriendo hacia afuera. Pero el exterior del templo no era una cosa mejor, pues la gente corría despavorida, huyendo de lo que paresian hombres enmascarados, con armaduras de hierro con una piedra roja al centro de la pechera y pantalones de cuero color café, armados con enormes espadas y arcos largos con decenas de flechas afiladas.

El pelinegro de ojos violetas se puso frente al peli blanco de forma protectora y tensa. Sentía un aura acribillánte en el aire, sus manos picaban al igual que sus ojos y sus pies. El menor no sabía lo que pasaba, su mirada cambiaba de posición cada vez que veía a otro hombre hacercarce hacia el templo, congelado por el terror lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos y pegarése aún más al mayor.

- ¡lo encontré! - se escucho serca a ellos, fue entonces que más hombres se fueron acercando. - ¡cuidado esta con un demonio! - todos los hombres se pusieron en guardia dispuestos a atacar, el pelinegro empujó con su espalda al menor hacia la pared, colocandose en guardia de pelea justo frente a él.

-no permitiré que lo toquen... - dijo serío mientras veía como se acercaban a paso lento. - retrosedan... - advirtió, sus ojos quemaban y sus manos estaban negras hasta sus codos al igual que las cresiente garras de sus dedos.

Los hombres hisieron caso omiso a la advertencia, unos se acercaban y otros apuntaban con sus arcos a la distancia.

- eh dicho... ¡QUE RETROCEDAN! - Grito en un alarido furioso y distorsionado, haciendo que el menor diera un brinco y abriera los ojos alarmado. - lo siento... - dijo de forma extrañamente cariñosa en dirección al peli blanco.

"Rubius..."

El ojibioleta había escuchado una voz en sus oídos, que le decía tranquila y lacsiva en un susurro aquel nombre.

-lo ciento... Rubius... - soltó el pelinegro en voz baja, a lo que el menor solo le vio sorprendido y confundido.

- ¡ABRAN PASO AL ALFA! - grito un hombre hasta atrás de la multitud.

Entonces, una mujer alta e imponente se alzó entre los hombres, tenía unos largos cabellos rubios y unos oscuros ojos cafés, la mujer aparentaba cuarenta años, pues se veían algunos mechones grises obsequiados por la edad, portaba una una armadura parecida a la de los hombres que la acompañaban con el leve cambio de que está portaba una jema de color azul en el centro, y con ella un cinturón de la cual colgaba una enorme espada. Esta se acercó a paso lento hasta los chicos, en total silencio con una mirada sombría y fría, el pelinegro solo le miró retador y volvió a tomar la mano del menor, la mujer al ver aquello suabiso su mirada de forma casi inperseptible, sacó su espada de forma rápida, alertando a los chicos, más esta solo la clavo en el piso y siguió acercándose.

- tranquilo... - dijo la mujer en voz calma. - no le haré nada... - entonces algo dentro de él pelinegro se calmo. - se que eres su guardián, pero no debes cuidarte de mi... -

El ojiverde levantó la vista hacia la mujer, la cual compartió su mirada. Este se había alarmado en el momento que la mano del pelinegro le soltaba y este se apartaba, más al notar la apariencia de este dio un paso hacia atrás.

- Río... - dijo la mujer, esta se arrodillo frente a él y le abrazo, dejándole helado. - mi hijo... - entonces la mujer estalló en llanto. - no tienes idea de lo mucho que te e buscado... Espero y que Fargan no te aya puesto ni un dedo encima... -

Entonces bajo la mirada de todos, el cabello de el peli blanco se fue tiñendo como el de la mujer. El menor no entendía nada en lo absoluto, sus manos se posaron en los hombros de la mujer y la aparto levemente.

- hijo... Se que no me reconoces, porque eras muy pequeño cuando todo pasó pero soy yo mamá... - el ahora rubio le miraba con desconcierto.

- ¿mamá?... - susurro el rubio.

- si mi cielo... Si.-la mujer lo volvió a abrazar y el rubio solo se limitó a corresponder, aún con la mirada perdida.

El ojivioleta sintió que su mundo se derrumbaba...

"se lo llevarán..."

El pelinegro negó.

"no lo volverás a ver si se lo llevan"

El pelinegro se tomó la cabeza de forma desesperada, eh inconscientemente sus garras se clavaron en su casco.

"si se lo llevan, no podremos estar..."

-juntos... - susurro en voz baja.

En un movimiento rápido el pelinegro se acercó a ambos rubios, tomó el hombro de el menor, lo apartó de la mujer y lo abrazo protectora mente.

-parece que eres un demonio celoso... Esta bien, siempre y cuando lo protejas-

La gente observaba atónita, algunas solo se centraban en recojer el desastre que los hambres habían hecho.

Los amigos de el pelinegro miraban todo espectantes, estaban tan sorprendidos como asustados, la vista de el pelinegro de ojos violetas les ofrecía era ciertamente escalofriante. Sus manos estaban negras, sus pies se encontraban ahora descalzos pues unas enormes garras abian roto sus botas dejando ver aquellas patas negras, sus ojos violáceos se encontraban casi en su totalidad de un color negro y de su cabeza sobresalían unos pequeños cuernos negros.

- bueno señores... - habló la mujer llamando la atención de todos... - quiero el campamento en las afuera de este pueblo... Nos quedaremos unos cuantos días.. -

.................................................................

No Quero hacerlos tan cortos... Pero quiero que se me quede un poco de inspiración para el resto de los capítulos.... Escribí todo esto mientras terminaba de ver la segunda temporada de la sería
"los 100" en Netflix y no pude evitar imaginarme a la madre de la "princesa" como a la mama de Rubén xd

Bueno sin nada más que decir sale bayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora