XXIV

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|||NARRADOR|||

" Mi vista se nublaba por  el enojo acomulado de las experiencias."

Hace ya un par de minutos que habían partido directo al otro lado de la capital, tenían que sacar al peli blanco de la ciudad a toda costa, no podían arriesgarse a que lo descubrieran y lo metieran a la prision, o peor aún, que lo matasen.

" los pasos para encontrarte son tan escasos como el latir de mi corazón desde que descubrí que te fuiste,..."

El poder de una lagrima es tan fuerte como uno quiera que sea, el lo sabía, porque aunque correr no fuera la mejor solución, siempre había algo que le decía que hacía lo que hacía por algo, creía firmemente que el destino era juguetón, más cuando los Dioses eran quienes lo manejaban.

"los nervios eran las especias en este plato de desesperación y miedo, ellas lo sabían, el lo sabía"

Sus cabellos claros se movían por una leve brisa que se infiltrada en la capucha de su capa, trataba de que nadie lo viera, por ello las chicas y el caminaban por los rincones oscuros.

" comencé a oír voces desconfiada, que decían que eras la razón de todos los males... Parecían ya no tener fe en ti"

Comenzó a correr aún más velos, sin importar que hace ya varios minutos nadie lo perseguía, le dolía que la confianza formada se fuera al caño de aquella forma tan sencilla.

"quiero irme, buscarte, volver con tigo, abrazarte y pedir perdón las veces necesarias, porque abrirte las puertas de mi corazón son lo mínimo que puedo hacer"

Tenía la mirada fija sobre el camino, no querían ser vistos por nada ni nadie, porque de por sí ya actuaban sospechoso, lo último que se necesitaba era un contratiempo... A no ser que fuera uno totalmente necesario.

" la herida creciente en mi garganta parecía no querer sanar, quería gritar tu nombre sin importar  que todos me vieran, el picor en mis manos parecía cada vez más creciente y mis ojos parecían cada ve z más llorosos"

El chico de pronto paro frente a un vidrio que reflejaba su figura, podía ver el extraño color que habían tomado sus ojos y el alarmante largo que tenían sus uñas, retrocedió con terror, sin quitar la vista de su reflejo, hasta que algo le hiso tropesar. El llanto de una niña le alarmó, más los alaridos de la mujer que la acompañaba eran aún peores.

- ¡UN DEMONIO! - la mujer tomó a su niñita en brazos alejando la de el muchacho que yacía en el piso. El muchacho trató de explicarle cn las manos alzadas, pero al ver sus manos este no se pudo mover, las espeluznantes caras negras y el repentino picor de sus manos eran cada ves más vivaces, tanto como para entrar en pánico y correr.

"nunca espere nada de nadie, y aún así  yo les di todo, porque así era yo, quería ser amable y ser reconocido sin llegar a serlo, algo egoísta y contradictorio para ser correctos"

A lo lejos el ruido y los gritos de la gente se podían oír, pero a pesar de que no querían pasar por ahí, algo dentro de él muchacho se movió dentro de su pecho, un leve aroma a lavanda llegó a su nariz, sus sentidos se expandieron repentinamente para después perder el conocimiento.

" pero aún así...
Aquí estoy..."

Miraba hacia todos lados, no tenía un lugar en concreto hacia donde voltear, estaba en pánico, lo cual en uno de aquellos ataques lo único razonable que llegó a pensar era en arrancar el problema de raíz...

Y así lo comenzó a hacer, acerco sus manos a su cara, aún dudaba, pero en su asustada cabeza no había de otra, mordió una de aquellas garras negras y con fuerza comenzó a jalarla, con la esperanza de que haci esta se arrancará de su mano, aunque eso significará casi desmallarce de el dolor...

De pronto una ajitada y tibia respiración ajito su cabello, con miedo miro a su espalda, sus ojos miraron nuevamente con horror pero ya no era por su reflejo, ni por sus garras negras que repentinamente empesaron a desaparecer sin darce cuenta.

Un enorme oso blanco le miraba fijamente, los penetrantes orbes casi completamente negros de la bestia le miraban con atención pero no hacía nada, solo le miraba.

Tras de la vestía se escuchaban unas alejadas voces de tres chicas, entonces la gigante bestia blanca se movió, esta miró hacia atrás, más no aprovecho aquello para intentar escapar, solo se dedico a mirarlo, aún no tenía fuerzas para moverse.

Cuando la mirada de él oso volvió su atención a él, comenzó a acercarse, el chico retrocedió entonces raspando se  las palmas de las manos en el proceso.  Pero el peso de la cabeza de él oso sobre sus piernas restregandose pidiendo una carisia le explotó la cabeza. Con miedo este acercó su mano para tocarla, pensando que así este se alejaría, más lo único que consiguió fue que este se quedara inmóvil y para después comenzar a cambiar, dejando ver un pequeño cuerpo de piel lechosa y algo rosada cobierto por una desgarrada prenda de ropa, y lo que era antes una enorme cabeza de oso ahora era una pequeña cabeza humana de cortos cabellos blancos acompañado de un dormído rostro delicado.

El chico perdió el habla, el estaba ahí, sobre el, dormido, trató de levantarse más el peso de la cabeza de él dormido ojiverde le tenía unido al suelo.

Pero una mujer de pronto lo alejo de él, era alta de cabellos negros y profundos ojos azules.

-¡ALÉJATE DE EL! - gritaron otras dos chicas más al unísono, pero más que dejarlo ir, corrió hacia ella y la empujó, quitándole el chico de sus brazos.

Entonces sus manos volvieron a picar, sus garras habían vuelto a salir, y ahora estaba dispuesto a usarlas contra cualquiera que quisiera alejarlo de él pequeño chico de brillantes ojos verdes.

- ¡¿QUIÉN SE CREEN PARA QUITARME A RUBÉN?! EL ES MÍO! - grto tan enojado como su corazón lo resistía, tomo al chico en brazos y corrió lejos de ellas, a una velocidad realmente imprcionante, su pecho se sentía enojado y feliz al mismo tiempo, quería vómitar mariposas y arañas de aquella extraña combinación de emociones.

Se de tubo en seco unos minutos después, cerca de un oscuro callejón de el centro de la ciudad, se sentó cansado en el suelo y recostó sobre sus piernas al muchacho, como si de un bebé se tratara.

-por fin... Te encontré... - dijo mientras retiraba con delicadeza unos cuantos mechones semi rubios de la frente de él ojiverde, después acaricio la suave piel algo sucia de el menor, seguida de una lagrima de alivio. - por fin estas aquí... - entonces comenzó a llorar.

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Me etxtrañaban?

No?

Mienten xd

No?

Perra vida.... :, (

Bno
+sale vay

1140 palabras xd

BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora