XIV

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|||RUBÉN|||

Cálido... Era lo único que podía describir claramente en ese momento, pues era todo lo que sentía, según lo pesados que estaban mis ojos, supuse que estaba dormido y apuntó de despertar. Recuerdo haber caído al suelo muy cansado después de haber visto aquella chica. Abrí mis ojos y con cuidado y detenimiento abrí mis ojos mientras rascaba mis orejas de oso, mi vista chocó con una habitación color blanco, tenía un armario de madera negra y un enorme tocador con un espejo lleno de flores pintadas en sus bordes, estaba en una cama cubierto por un cobertor de piel, y a mi costado estaba una mesa con una vela apagada dejando una leve hilera de humo, junto a ella había un plato con galletas de pasas y un vaso con leche acompañados de una nota.

"si estas leyendo esto, come las galletas."

Mire las galletas desconfiado y luego seguí leyendo.

"pd: no está envenenadas..."

Reí por lo bajo al leer aquello, era extraño que la persona que había dejado la nota hubiera supuesto que ese pensamiento se pasara por mi cabeza.

Acerque mis manos al plato y tome una galleta, he inmediatamente después de morderá comencé a deborar las galletas, ni la madre de Willy hacia unas galletas tan ricas, y eso ya era mucho decir.

De pronto el ruido de unas pisadas apresuradas se escucharon venir veloces a mi dirección, me recosté nuevamente haciéndome el dormido, después escuche la puerta abrirce.

-se que estas despierto... - era la voz de una chica, era delicada y muy aguda, casi rosando a lo infantil. - también se que no estas sordo... - una ves dijo eso me sente despacio en la cama, y una vez que la vi ella me sonrió. Era una chica de pelo entre rojiso y rubio, tenía ojos azules y era algo bajita de estatura.
- oye, ¿podrías decirme donde estoy...?- le pregunte, a mi me gustaba ir directo al grano.
- estamos a las orillas de la ciudad capital - me dijo en una sonrisa mientras se acercaba a mí.

Me sorprendí bastante al escuchar salir eso de su boca, ¿como era que había acabado tan lejos?, ¿por qué estaba aqui?, ¿no se supone que debería estar en mi cuarto llorando por la pelea con Samuel?...¿O por lo menos comiendo hasta reventar? Aunque bueno, eso era lo menos importante en esta situación.

- oye, podrías decirme ¿cuento llevo dormido? - le pregunté a la chica, ella me seguía dedicando aquella sonrisa, la cual me estaba comenzado a dar un poco de miedo.
- pues veras, desde que mi hermana Lana te encontró en el bosque, llevas tres días dormido... - mis ojos se abrieron sorprendidos, seguramente Auron etsa preocupado, y si el Superior llega antes de lo acordado, seguramente me regañe y no me deje salir hasta que la seramonia se lleve a cabo, demonios, probablemente siquiera los vuelva a ver, ¿por qué eres tan cabeza Rubén..?

- oye, por cierto... ¿Como te llamas?... - la chica me miró ahora curiosa, supongo que me ayudaron, era lo mínimo que podía hacer, aunque no me acordaba de nada...
- soy Rubén... ¿ Tu? -
- soy Irina, pero todos me llaman Nieves... - contesto con una sonrisa mientras me extendía su mano, yo la tomé gustoso y luego trate de ponerme de pie, ella me ayudó a enderesarme, y luego me llevó a lo que parecía ser la sala de su casa, en la cual estaban otras dos chicas sentadas platicando animadamente, una era pelinegra y la otra tenía el pelo rubio oscuro ambas con ojos azules, aunque la pelinegra los tenía un tanto más oscuros. Después sus miradas se dirigieron a nosotros y con una sonrisa amable ambas me dieron los buenos días y una bienvenida a su casa.
Según Nieves, la pelinegra se llamaba Mónica y la rubia se llamaba Lana, la cual al parecer era su "hermana". Las tres me invitaron a comer en la sala, ya que querían hablar con migo, sobre que me gustaba y de donde venía, fueron lloviendo abrumadoras cantidades de preguntas durante el tiempo que platicamos, yo contestaba solo lo meramente debido a sus preguntas, y sin darme cuenta la tarde había llegado. No sabía que tenía tanta facilidad para hablar con las chicas, de haberlo sabido me abría enamorado de una chica y no de él Idiota de Samuel de Luque.

"Samuel..."

Su nombre había pasado fugas por mi mente, sentía que era lo peor, aunque el se había ganado mis palabras cuando el me dio las suyas, más ahora lo único que acia era lamentarme, probablemente el estaba justo ahora entrenado como el traglodita que era o comiendo galletas en casa de Willy. Mi pecho dolió ante tal posibilidad. Probablemente siquiera quería verme, tal vez me tenía rencor por lo que le había dicho, después de todo le había deceado la muerte. Mi mirada bajo al igual que mi humor al recordar aquello, y note que ellas notaron que note, que me había puesto triste. Reí internamente ante aquel juego de palabras que pensé y después una solitaria lagrima bajo por mi mejilla.

-ay... Rubén ¿que te sucede? ¿Porqué esa cara?... - sonreí con pesades y solo negué mi estado. Tal vez solo negava lo obvio, tal vez solo quería escapar, tal vez solo quería continuar, tal vez, solo tal vez, quería volverme el infinito cobarde que alguna vez fui...

Espera... ¿Que alguna vez fui?.

" un día serás el gran jefe de el clan, y veras que no serás el infinito cobarde que alguna vez fui"

Mi mirada se clavo en el suelo, y por más que escuchaba los ecos de las voces de las chicas, no entendía nada de lo que me decían, mi pecho comenzó a doler, mis ojos comenzaron a arder, salí corriendo en dirección al lo que era la puerta de aquella casa, y al estar afuera, pude dibisar el gran castillo y el enorme pueblo en la lejanía no tan lejana. Mire al costado y ahí estaba el inmenso bosque, corrí en dirección a el y sentí que mi cuerpo temblaba.

- ¡Rubén! ¡espera! - la vos de Mónica resonó depronto- ¡los cambia formas no son aceptados en las cercanías de la capital, si algún guardia te ve te mandaran directo a las masmórras.! - al escuchar aquello mis pies se quedaron plantados en el suelo... ¿Cambia formas?... Yo había escuchado sobre los cambia formas antes, y el Superior había dicho varias veces que había una alta probabilidad de que yo fuera uno, pero el me dijo que los cambia formas no tenían sus características fijas toda su vida, como lo eran mis orejas.
- yo no soy un cambia formas... - dije un poco inceguro, sentía que mis huesos dolían y no tenía idea de como sabía, pero sabia que si me quedaba en este lugar algo,malo pasaría...
- Rubén, te acabamos de conocer y eres una muy buena persona, pero no ase falta negar lo que eres y marcharte de esta forma, déjanos ayudarte a que entiendas que es lo que te pasa... - oí la voz de Lana algo preocupada, ella me miraba maternal y de forma compreciba, que más podía esperar de una chica de veintidós años con dos chicas menores a su cuidado.
- no me pasa nada... - pero aun así me negué.
- Rubén, no seas un niño pequeño y déjanos ayudarte...-
Aquella frace me callo como un cubo de agua helada, esa era una frace que me hacía recordar los bonitos ojos morados de Samuel.

||un rato despues||

Me quedé un rato en silencio, solo miraba como Lana, Mónica y Nieves hablaban algo entre susurros.

-escucha Rubén, te vamos a confesar algo para que confíes en nosotras, es algo que durante toda nuestra vida en la capital, hemos escondido con nuestra alma, corazon y lealtad.- Mi mirada viajo inmediatamente al movimiento brusco que había hecho nieves para levantarme de donde se encontraba sentada. - nieves, aslo... - la voz de Mónica salió decidida, pero nieves se veía algo aterrada, más no titubeo y comenzó a hacer algo que me dejó con la voca abierta. La habitación comenzó a llanarce de nieve la cual caía de el techo y su cuerpo se estaba llenado de espesa nieve blanca, eso explicaba algunas cosas. Su piel era casi totalmente blanca y sus ojos azules ahora eran negros cual carbones. Me sorprendí a maneras insospechadas, mi boca estaba abierta, quería decir algo pero nada salía, entonces una vez sus miradas se dirigieron a mí sus caras estaban iguales a la mía.

- Rubén, tu cabello está blanco... -

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OK.... Me estoy emocionando, tal vez aga una historia parecida a esta pero con mis propios personajes... Me esta gustando mucho.

Una pequeña aclaración, este es un mundo ficticio y decidí llamarlo "el mapa" también abra muchas especies magicas y mitológicas a la cual los humanos de mi ficción serán ignorantes, a excepción de los cambía formas.

Otra sería que los elfos son una civilización aparte y que se identifican más como un clan de unos pocos habitantes.

Sin más que decir...

Sale bayyyyyyyyyyyyyyyyyy

Editada 1480 palabras

BAJO TU MIRADA //rubegetta//CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora