Capítulo Cuarenta y Uno: Por siempre y para siempre.

726 44 0
                                    




Amber

Mayo 20, 2017

Hartford, Connecticut.




Los panteones no son mi lugar favorito. Y no porque sea un sitio en donde su población es únicamente gente muerta, sino por la energía que desprende.

He tenido que colgarme del hombro de mamá, porque apenas entramos, enseguida sentí como si fuese a desmayarme. No me importa que mamá me tache de exagerada, yo creo que esta energía, es la forma en la que, los que ya no estan con nosotros, nos dicen que de alguna manera aun lo hacen.

El lugar, para mi sorpresa, cuenta con una cantidad notable de personas. Algunas limpiando la lápida de su difunto, otras rezando y algunas más sentadas, supongo que se encontraran hablando con ellos.

Otra sorpresa que me llevo, es notar que todas las lapidas son únicamente de tres colores: gris, blanco y negro. He visto que, en otros lugares, dejan pintarlas del color que mejor les apetezca. Aunque el característico siempre son esos tres.

—Es la forma en que tienen de clasificarlos— es la respuesta que mamá me da, cuando le hago mi obervacion.

—¿Clasificarlos? ¿Por qué clasificarías a los muertos?

—No lo sé, cariño ¿Cómo recordatorio a sus familias de la edad que tenían cuando pasaron a una mejor vida?

—Como un cuchillo de doble filo— enarca una ceja cuando gira a verme—. El bebé que traigo en mi vientre muere, entonces su lapida será de color...

—Blanco.

—Blanco. Cada vez que venga a verlo, me recordara que no pudo vivir ni un poco de su vida. En cambio, si mi bebé crece, se convierte en un adolescente, posteriormente en un adulto y termina siendo un anciano para después fallecer, entonces estaré feliz porque tuvo la oportunidad de vivir una vida.

—¿Y si muere siendo adolescente?

—Creo que esa es la peor. Porque estaba descubriendo lo que era la vida ¿y si le gusto? Entonces no pudo terminar de disfrutarla o aprender más acerca de ella ¿y si la odio? Quizás fue él mismo quien decidió no vivir más.

—Por favor, no vuelvas a referirte a mi nieto o nieta como una persona muerta. Me gusta imaginar que crecera y se convertira en alguien como sus padres— suelto una pequeña risa.

—Tranquila, mamá. Lo siento, no volveré a mencionarlo.

—Gracias. Ya casi llegamos.

Cuando me entere de la muerte de Charlotte, mi mundo se vino abajo.

Cuando una persona impacta en tu vida de tal manera, que tenerla dentro de ella es importante, al irse, se lleva un parte de ti, de tu alma, corazón y ser. Pero también se lleva los años que no pudo disfrutar, ni el montón de grandes cosas que podría haber lograr.

Puede que no esté muerta, pero en ese tiempo lo estuvo, y todo lo que yo podía pensar era que el brillante futuro que tenía por delante, había desaparecido junto con ella.

La muerte es difícil, pero es aun más, aceptar y reconocer que esa persona ya no regresara.

De cierta forma, me molesta no poder sentirme de esa misma forma en estos momentos.

Dentro del Juego (Completa) (#1 Golden State)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora