Capítulo Veintitrés: Las hijas de Bob.

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Amber

Enero 10, 2017

Oakland, California.




He tenido rupturas antes. Los he mirado justo a los ojos y les he dicho que simplemente ya todo ha cambiado.

En términos fáciles y más dolorosos: terminamos.

Pero nunca ninguno de esos rompimientos me dolió tanto como mirar a Steven a los ojos y decirle que necesitábamos un tiempo, que yo le daba este tiempo.

Dolió, dolió tanto, pero yo sabía que estaba haciendo lo correcto. Supongo que la parte más dura y difícil fue alejarme. Fue decirle que no cuando él me rogaba que sí.

Sin embargo, no podía hacerme esto. No puedo hacernos esto.

Sé que el guarda algo, y sé que no quiere decírmelo, por eso estoy dándonos este respiro, no porque no lo ame.

Necesitamos saber si la confianza en nuestra relación es más fuerte que nuestros propios miedos.

Mamá está cantando alguna canción de Runway. Suelto una risa cuando un alto se acerca y ella intenta alcanzarlo.

Es imposible que alguien logre llegar a esa nota, solo la voz del ardiente Adam Jeffrey puede hacer eso. Aunque los hermanos Parker no se quedan atrás. Todos tiene la voz como para bajarte las nubes y las bragas.

—Te levare por un jardín de meteoros hasta el día en que dejes de amarme — esa es una gran canción.

—¡Amber el desayuno está listo! — estas últimas dos semanas mamá ha sido un gran apoyo.

No hemos tocado el tema de mi padre, así como tampoco el tema de Steven. Ella sabe que algo sucedió y le agradezco que no haga preguntas sobre eso. Las últimas dos semanas han sido difíciles.

No rompimos, sin embargo, se siente como si eso hubiese pasado. No más mensajes de buenos días, no más salidas a comer, no más besos de tradición, no más Steven.

Aunque me gustaría ir, besarlo y decirle cuanto lo extraño, esta no es mi decisión. No soy yo quien está escondiendo sus temores, al menos no aquellos que impidan el que estemos juntos.

—¡Amber!

—¡Voy! — quito las sabanas de mi cuerpo, dejando que la camisa de Steven vea la luz del día y me haga extrañarlo aún más.

Restriego mis manos sobre mis ojos, quitando las lagañas y enfocándome en la mujer rubia que está sentada en la mesa.

Me agrada tener a mama aquí conmigo. Hace que la casa no se sienta tan vacía y sola. Por primera vez estamos interactuando de la manera que no pudimos hacer cuando era mas pequeña.

—Mamá ¿amas a papá? — mi voz suena como la de una niña de ocho años la cual ha sido reprendida por sus padres. Mamá deja suspendido el plato en el que estaba por servirse un poco de ensalada.

—No me hubiera casado con él, si no lo amase.

—¿Y ahora? ¿Aun sigues amándolo? — le extiendo mi plato para que pueda servirme también.

—No lo sé, Amber. Han pasado muchas cosas en los últimos años. Estoy siéndote sincera, aún sigo queriéndolo, pero no puedo asegurar que lo amo. ¿Todo esto tiene que ver con Steven?

Dentro del Juego (Completa) (#1 Golden State)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora