Dentro del Juego (Completa) (#1 Golden State)

Capítulo Cuarenta: Futuro.

Steven.

Mayo 8, 2017

Oakland, California.

Mi parte favorita de ver películas con Amber, es cuando su cuerpo queda tan pegado al mío que puedo sentir los latidos de su corazón como si fueran los míos.

A comparación de Sasha, y algo que casi nadie sabe, Amber no excluye ningún género cinematográfico. Podemos pasar de una película de terror a una de romance sin necesidad de escucharla decir que odia la primera.

Sasha es una amante del romance. No es que odie otro género, pero cuando vas a su departamento, la mayor parte de sus películas son románticas.

Por eso cuando éramos pequeños, Sean y yo peleábamos con ella cuando ambos queríamos ver una película de acción, suspenso o terror.

Había veces que ganábamos, ella con tal de no verlas se iba a su habitación. Y si la hacíamos enojar, desconectaba la tele cada cierto tiempo hasta que nos hartábamos y la acusábamos con nuestros padres.

El caso es que Amber parece tener amor por las películas en donde los personajes mueren en situaciones horrorosas. En ese sentido me recuerda a Sean, quien ama ver series acerca de asesinatos o casos policíacos de asesinos seriales.

Culpo a mamá por eso.

Tenerla de esta forma, me recuerda la conversación pendiente que tenemos. Iba a decírselo durante la fiesta de Bob, pero por motivos que requerían mojar a nuestro gerente, no pude hacerlo.

La idea se plantó en mi cabeza desde antes de mi conversación con el coach, pero fue justo allí cuando supe lo que realmente quería. La pregunta aquí es si Amber lo quiere también.

Es loco pensar en el paso que quiero dar en nuestra relación con el poco tiempo que llevamos en ella.

Sin embargo, es bien sabido que el tiempo no define el amor que ambas personas se tienen, sino ellas mismas.

—No puedo creer que siga vivo— sonrío ante su tono de incredulidad—. Ni siquiera grito cuando le cortaron un dedo— niega con unos movimientos de cabeza—. No debe ser humano. Nadie podría soportar tanto dolor.

—Es ficción, alucinación. Allí soportarían hasta el peso de una enorme roca.

—Lo sé. Incluso la ficción tiene sus exageraciones ¿Dónde compraste esa película tan fea?

—Sean la trajo. Si es tan fea ¿Por qué la estás viendo?

—Porque todas las que tienes ya las he visto. Necesitas ampliar tu repertorio de películas, tienes muchas de romance y terror.

—No me gusta ver películas.

—¿Y por qué estás viendo esta?

—Porque tu querías verla y me gusta que te recargues sobre mi cuerpo. Aunque si te montaras sobre mi regazo, haría que te ame más— sonríe. Quita la vista del televisor para voltear a verme.

Algo loco es que, a pesar de verla casi todos los días, mi respiración me abandona por cierto tiempo cuando me mira de esa forma.

Sonrisa de ángel y mirada de diosa.

Con una de mis manos, la cual se ha colado por debajo de la camisa de mi propiedad que trae puesta, acaricio la piel de su cintura, haciendo movimientos circulares.