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-Y entonces me besó, joder lo hizo pero luego simplemente se fue, y me dejó caliente y solo-. Hoseok contaba como en una de las fiestas que organizaban sus compañeros de Derecho, casi tiene sexo con una linda chica.

Los fieles amigos se encontraban en su cafetería favorita, a dos cuadras de su edificio, era un pequeño local con decoraciones rusticas y muebles de cuero haciendo del ambiente más acojedor.

A pesar de vivir juntos, no solían compartir muy a menudo como amigos, ambos mantenían sus vidas ocupadas gracias a sus estudios, por lo que cada jueves al final de la tarde dedicaban sus risas y charlas a ese café como tradición, comían unos dulces y tomaban alguna bebida caliente mientras contaban anécdotas de su día a día.

-Eres pésimo con las mujeres Hoseok-. Yoongi se rio ante la situación de su amigos, como siempre, el menor nunca conseguía tener alguna relación estable con las chicas.

Hoseok era guapísimo, dejaba sin aire a varios de su carrera, tenía unas facciones marcadas cual arte digno de museo, sin embargo, a pesar de tener aires de superioridad en sus gestos y al caminar, en los momentos en donde debía ser romántico decaia a la actitud de un chiquillo de quince años.

El más pálido soplaba con fastidio su café negro desesperado por calentar sus entrañas con algo caliente, la cafeína era esencial en su vida como aire para respirar.

El invierno pronto se iría por ese año, sin embargo el frío de ese día era matador, por lo que el par portaba ropas grandes para calentar sus cuerpos.

-Al menos yo sí logro tener sexo constantemente-. Le lanzó una mirada burlona al pelinegro.- Deberías conseguirte una chica que te haga al menos un oral y te quite ese mal humor-.

Yoongi a pesar de tener varias pretendientes tras él gracias a su aura de rockero, su pálida piel que hacía a todos querer acariciarla y su sonrisa conquistadora, sus intentos por conseguir sexo casual era algo complicado, agregándole qué a Yoongi las mujeres no le iban.

-Sabes que no me agradan las mujeres-. Bufó fastidiado de como siempre, su amigo lo molestara por ser maricon, a pesar de ser un adjetivo un tanto grotesco, eran típicos insultos fuertes que se lanzaban entre ellos. -Además, sabes que no quiero nada con ninguna persona-. Finalizó, por fin dándole un primer sorbo a su café.

-¿En serio estarás cerrado toda tu vida al amor? Por todos los cielos Yoongi ya pasaron cinco años no puedo creer qu-. Se cayó en seco al darse cuenta del tema que estaba tocando, viendo como de a poco la mirada de Yoongi se oscurecía.

Suspiro resignado, viendo como los ánimos de su amigo se iban al subsuelo

-Lo siento, mi intención no era hablar de eso-. Se disculpó el castaño.

-Tranquilo-. Respondió calmado el pálido chico, viendo como las gotas de lluvia salpicaban fuertemente la gran ventana que tenía a un lado.

Yoongi no estaba preparado para el amor, no después de todo lo que vivió, y aunque ya hayan pasado tantos años, el dolor seguía ahí, gritando y llorando, carcomiendo su alma.

Pensó en aquella tarde, en aquel suceso doloroso que marcó su vida amorosa.

Sacudió su cabeza intentando alejar todo pensamiento referente al tema antes de que su ánimo recayera más. Como si de un shot se tratase, tomó rápidamente lo último que quedaba de café y se levantó de su asiento, observando como la lluvia poco a poco iba disminuyendo.

-¿Te vas?-. Preguntó incrédulo el menor, pensando tal vez, que su comentario hizo molestar al mayor. -Realmente lo siento, si estas molesto yo-. Yoongi le regaló una cálida sonrisa a su amigo y le despeino la larga melena castaña que llevaba.

GUITAR ; YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora