11.

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-De acuerdo, comienza-.

Se adentraron a lo más profundo de la academia, dirigiéndose a los últimos salones para poder colocar un poco de música. A Yoongi realmente le interesaba saber si Jimin era tan malo bailando como lo era con la guitarra, aunque bueno, debía admitir que el rubio había avanzado considerablemente para haber tenido unas pocas clases, llevaban un mes y ya iba por su segunda canción a practicar.

El realmente no es que tuviese criterio en el baile, pero eso no era impedimento para poder verlo moverse, le interesaba saber que otros talentos escondía el chico, pues al menos en la fotografía era increíblemente bueno, asi que estaba curioso, había visto varias veces bailar a Jungkook y tenía leve conocimiento en el tema, así que esperaba poder ayudar al rubio en algo.

Además de bueno, ver por muchos años a esa persona bailarle diario.

Sinceramente no sabía como su opinión podría ayudar a Jimin, el solo quería verlo bailar, pues ese día no tendrían las clases previstas

-No me siento muy cómodo bailando en un salón-. Y contigo mirándome pensó el rubio.

Acomodaron los pupitres pegados a las paredes para que Jimin tuviese espacio para sus movimientos. El rubio no veía mal el espacio, lo que lo ponía nervioso era la fuerte mirada puesta en él, que a pesar de estar acostumbrado a tener miradas en él gracias a sus presentaciones, la mirada frente a él ese día lo tenía nervioso, cómo siempre, pues aunque no se dejaba intimidar, por alguna razón Yoongi lo hacía flaquear.

-Solo cierra los ojos e imagina que estás en tus clases de baile-. Yoongi le dió play a la canción puesta por Jimin, y se recostó sobre el escritorio, dispuesto a observar atento al rubio.

-Bien-. Jimin suspiró un tanto nervioso, sin saber por qué había aceptado bailarle al mayor. Ya su enojo había desaparecido por lo que prefería estar en la mesa viendo como Yoongi y Taehyung se comían la boca.

Comenzó a sentir poco a poco la música recorrer sus entrañas, como su cuerpo comenzaba a picar pidiendo bailar al compás de la melodía y liberar los pasos atorados en su mente.

Sus pies comenzaron a moverse sobre el suelo de madera delicadamente, elevando sus brazos de aqui y allá creando delicados movimientos, danza contemporánea era su especialidad y como si de una pluma se tratase, sus movimientos eran guiados por el viento, creando armonía. Aún le faltaba poco menos de la mitad de la coreografia, por lo que pidió al mayor grabarlo por si le venía a la mente algún nuevo paso.

Había estado practicando arduamente para esta coreografía, esa presentación era importante por lo que debía esforzarse. Durante toda su vida había puesto empeño y sudor a sus hobbies, queriendo superarse día a día con estos, haciéndose paso en la fotografía y la danza con pasos firmes, llevándolo a ser quién era hoy a día.

Poco a poco nuevos movimientos vinieron a su mente, agregándolos con facilidad a la coreografía, extrañado ante la repentina inspiración que llegó a él.

-¡Sí! ¡Mierda!-. Saltó con emoción al terminar de bailar, ver que pudo agregar una gran variedad de pasos a la coreografia lo emocionó, tras haber tener un bloqueo por no poder terminarla, al fin había obtenido un avance. -Terminé la maldita coreografía, el profesor me amará-.

Yoongi lo observaba atónito luego de haber terminado la presentación con su celular casi escurriendose de sus manos tras el fuerte temblor que recorrió su cuerpo. El sabia que ver a Jimin bailar tal vez no iba ser buena idea, pues podría recordar viejos tiempos, sin embargo ahí estaba, totalmente fuera de si, arrepintienose.

Lo cierto es que había amado la manera en la que el menor había bailado, le pareció fascinante sus movimientos, sin embargo lo menos que pensaba era en eso.

GUITAR ; YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora