Toc toc toc.Tres toques suaves sonaron en la puerta blanca. Un tierno Jimin yacía balanceándose de un lado a otro esperando que se le fuese abierta la puerta frente a él.
Llevaba como atuendo un suéter azul cielo y unos ajustados pantalones negros con rasgaduras en sus rodillas, botas militares y un pequeño gorro negro sobre sus desordenados rizos.
-¿Mh?-. Un somnoliento pelinegro abrió la puerta de su departamento, tallando su ojo izquierdo con una de sus manos, molesto por la claridad.
-¡Hola Hyung!-. Gritó el chico, saludando alegremente a su mayor.
Sus ánimos se encontraban por los cielos, había estado despierto hasta las 2:40 buscando la mayor información posible sobre cómo aprender a tocar el instrumento de manera rápida.
Yoongi se sobresaltó ante el grito chillón que perforó sus tímpanos, previamente dormía plácidamente sobre su sofá.
-¿Por qué gritas? Cierra el pico-. Yoongi no había asistido a la academia ese día pues tenía libre, sin embargo su tarde seguía ocupada, sin poder librarse de Jimin y su nueva faceta de gritos.
-Porque hoy es un día increíble, Hyung-. Caminó dentro del departamento una vez Yoongi se hizo a un lado para que este pudiese pasar. El departamento olía café y chocolate, impregnando sus fosas nasales de los deliciosos y fuertes olor. -Huele bien-.
-Sí, mi compañero suele cocinar postres-. Una cabellera castaña apareció por la puerta de la cocina con una gran sonrisa y un delantal floreado colgando de sus cuello.
-¡Hola! Tu debes ser Jimin-. El guapo chico se acercó al rubio haciendo una pequeña reverencia-. Un placer, soy Jung Hoseok-.
-El placer es mío-. Devolvió la reverencia, observando las gotas de chocolate escurriendo por su bonito delantal.
-De ante mano pido disculpas por las actitudes de Yoongi, sé sin que se me haya informado que su trato hacia ti ha sido grosero-. El chico hizo nuevamente una reverencia en señal de disculpas.
-Hoseok no lo he tratado mal, no seas exagerado-. Yoongi rodó los ojos.
-De hecho, sí-. Acusó el rubio, riendo por lo bajo, sabiendo que su trato de igual manera no ha sido el mejor.
-Yoongi, ¿Qué te he dicho de tratar mal a tus menores?-. Reprochó este, cruzándose de brazos.
-Me importa una mierda, Hoseok. Tengo trabajo-. Dio por finalizada la conversación y prosiguió a caminar hacia su habitación. -¿Vienes?-. Giró su cabeza ligeramente, esperando que el menor siguiera sus pasos.
-Si, si-. Le dedicó una sonrisa al castaño y fue hacia la habitación de su profesor.
Entró por primera vez a la habitación de Min Yoongi, detallando cada centímetro mientras el palido ordenaba un poco el desastre que había.
Paredes blancas decoradas con miles de afiches de rock, fotografías de conciertos y pegatinas por todos lados. La habitación se mantenía ligeramente obscura gracias a las gruesas cortinas que cubrían la gran ventana, un destello proveniente del techo hizo que el rubio dirigiese su mirada hacia arriba, topandose con una gran cantidad de estrellas y planetas luminosas en el techo, iluminando tenuemente la habitación.
-Wow, que precioso-. Parecía un niño pequeño observando hacia arriba. Sin embargo su vista se vio afectada gracias a repentina iluminación que entró para la habitación, Yoongi de un solo golpe abrió las cortinas para que la luz pudiese darles una menor visión.
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GUITAR ; YOONMIN
FanfictionSus dedos se paseaban sutilmente por las cuerdas de aquella guitarra roja, creando un sonido hermoso pero doloroso, que hacía retumbar la mente de cada persona que lo escuchaba. Su alma lloraba, al igual que sus canciones, haciendo que cada melodía...