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Me gustaría dedicar este capitulo a dos lectoras en especial.

ADepressedGirlx por convertirse en mi amiga y emocionarse tanto con cada actualización.
tupatrona_12 por siempre comentar y ser de las primera en leer cada capítulo.

De verdad gracias a todas las personas que me dan su apoyo y siguen leyendo cada actualización, no pensé que llegaría a gustar tanto esta historia. ¡gracias!




Su respiración estaba entre cortada y su cabeza dando vueltas. Sus manos temblando ligeramente, sintiendo un pequeño hormigueo en la punta de los dedos.

Sus mejillas se encontraban húmedas de los sollozos previos y los alrededores de sus ojos hinchados, con un tono rojizo en estos.

Sin darse cuenta había transcurrido una hora en donde se permitió llorar desconsoladamente bajo los brazos de sus amigos, quienes no se despegaron de él ni un solo segundo, secando sus lágrimas y otorgándole pequeñas caricias en manera de reconfortar el tembloroso cuerpo bajo sus dedos y el latiente corazón doloroso.

Tenía a los mejores amigos a su lado, pocas veces solía valorarlos como se lo merecían, pero verlos ahí junto a él, sin despegarse un centímetro, le daba a entender que por más años que pasasen y por mas recaídas que le ocurrieran ellos seguirían con él, a toda costa.

Y ni hablar de Jimin, que sin saber el contexto de la situación se había encargado durante toda esa hora en secar sus lágrimas con sus suaves dedos y brindarle caricias por sus pómulos y barbilla, aferrándose a cada tacto cálido.

Se sentía en las nubes del dolor y la desesperación.

Alzó la vista de sus magullados dedos de tanto morderlos y pellizcarlos por primera vez durante toda esa hora y se encontró con dos pares de ojos frente a él sentados en el suelo, observándolo con ojos grandes. A sus lados sentados de igual manera que él en dos sillas, dos más daban caricias en sus pálidos brazos posados sobre su regazo.

-¿Te encuentras mejor?-. Namjoon llevó una mano a su tobillo apretando este, esperando una respuesta pacientemente. Aunque ya era un poco tarde y todos debían de estar en sus casas, parecían clavos encustrados fuertemente en el suelo.

Suspiró pesadamente, frotando con su diestra uno de sus ojos, intentando enfocar mejor su vista.

Se sentía como un niño luego de haber caído se su bicicleta, con un raspón en su rodilla y sus padres a su alrededor reconfortandolo, prometiendo un helado.

Aunque no necesitaba un helado para sentirse mejor, porque el tan solo el hecho de estar rodeado de personas que estaban dispuestos a dar sus brazos para que él no cayera, lo reconfortaba de sobre manera, como nunca antes.

-Supongo-. Dejó salir una pequeña sonrisa después de todo el martirio, obligándose a si mismo a calmarse y mejorar su estabilidad al menos por ese día.

O al menos hasta llegar a su hogar y morirse a un lado de Hoseok mientras bebe café.

No le gustaba sentirse débil, pero las emociones lo sobrepasaban en todo sentido.

Jimin a su lado se removió incómodo, llevando lejos de él sus manos que habían estado todo ese rato dando círculos en su bícep, para comenzar a jugar con estas sobre su regazo, nervioso.

GUITAR ; YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora