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-¡5, 6, 7 y!-. Las baquetas sonaron al compás de los números, dando por iniciado un concierto íntimo en las 4 paredes del estudio.

Guitarra, bajo, batería y vocal sonaban con emoción, haciendo retumbar los objetos de la habitación.

La banda de rock conformada por los cuatro amigos hacían acto de presencia en los estudios de la academia, haciendo viajar su sonido por los pasillos cerca del área.

KOGARASHI sonaba sin piedad a los oídos ajenos, retumbando los pensamientos de todo aquel cerca del lugar.

-Just shoot me, shoot me-e-e-. Jae Pak, vocalista. Cantaba a todo pulmón, dejando su alma en el que sería su próximo éxito y principal tema de su primer álbum.

-¡Vamos!-. Jeon Jungkook, bajista. Tocaba con precisión y dedicación, gritando una que otra vez por la emoción.

-¡Wooh!-. Kim Namjoon, baterista. Tocaba fuertemente su batería haciendo retumbar el lugar, intentando no romper alguna baqueta las cuales siempre terminaban a la mitad por la emoción de este.

Y luego estaba Min Yoongi, con una expresión neutral, quien no emitía emoción alguna, más que moverse de lado a lado y dar toques con su pie en el suelo, marcando el ritmo.

Kogarashi eran ellos, una banda de rock de cuatro universitarios talentosos. Llevaban seis años como grupo en los cuales han sido partícipes de una buena cantidad de eventos, festivales y concursos, llevándose con ellos algunos premios. Eran bastante populares por los bares de la ciudad, recibían varias miradas por parte de discográficas, sin embargo nada aún confirmado, pues les gustaba la vida de banda urbana, amateur. Sin compromisos.

Y si, seis años a muchas personas les parecía un tiempo exagerado para no tener un un contrato con alguna gran empresa, pero ahí el detalle.

Duraron dos años en hiatus

Ensayaban en los estudios que ofrecía la academia donde estos estudiaban por una jugosa mensualidad, pero que con ella brindaban comodidades digno de un estudio profesional de disquera millonaria. Lo tenían todo.

-¡Bien hecho chicos!-. Jae gritó emocionado, viendo el resultado tras haber practicado su última canción, shoot me, escrita por su guitarrista Yoongi.

-Buen ensayo-. Aplaudió el azabache Jungkook, chocando los cinco con todos los integrantes de su banda -Si seguimos así pronto tendremos disqueras rogando por un contrato-. Todos rieron ante el comentario, esperando que algún día fuese así.

-Tampoco te crezcas Jungkook-. El pelinegro pasó su guitarra a su espalda para mayor comodidad, recargandose en una de las paredes del estudio -Namjoon recuerda no excederte con tus toques, mucho dinero perdido en tantas baquetas que rompes constantemente-.

-Hyung calma, prometo no romper más-. Todos rieron, sabiendo que eso era algo imposible para el destructor del grupo.

Solían tener sesiones de dos horas al día, al finalizar las clases de la academia. Esta contaba con cinco estudios totalmente equipados para el uso estudiantil, haciendo más fácil los ensayos para sus alumnos.

Yoongi miraba como sus compañeros de banda reían y charlaban sobre cualquier banalidad absurda, aplaudían y se carcajeaban sin cesar, aprovechando su pequeño descanso antes de seguir ensayando. El pelinegro acomodaba los cabellos pegados a su frente gracias al sudor de la euforia con la que solían tocar, se aproximó a su botella de agua para poder beber un poco de ella y se desplomó sobre de las sillas del lugar para un descanso de cinco minutos.

Seis años años atrás solía ser más alegre e integrado con sus compañeros, siendo él en algunas ocasiones quien iniciaba las tonterías que hacían explotar en risas a sus amigos. Solían ir a bares y restaurantes a pasar lo que sobraba de día juntos, eran un grupo realmente unido.

GUITAR ; YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora