12.

110 18 4
                                    

Yoongi volvió a caer

Se dejó llevar por la tristeza nuevamente, tenía intenciones en volver a salir de su hueco, pero quería simplemente hundirse en su miseria un buen rato.

Pese a que constantemente mantenía un semblante algo serio y sus ojos gritaban tristeza, él intentaba con todo lo que podía ser feliz, vivir más la vida e intentar caminar hacia adelante, olvidando todo lo malo. Tenia a sus amigos de la banda y a Hoseok con él, quienes lo ayudaban a ser feliz y le pintaban color a su lienzo gris, lo cual agradecía pese a que no se les hacia saber, ellos igual sabían los sentimientos de Yoongi hacia sus amigos.

Sin embargo, mantener una vida digamos, feliz, lo había estado logrando gracias a que no tenía absolutamente nada en su vida que le recordase a su pasado, a excepción de su guitarra, con la diferencia de que a su instrumento lo recordaba con cariño y pasión, mientras que con todos los detalles referente al tema lo recordaba con dolor, dolor a saber que todos esos momentos jamás volverían a pasar.

Suspiró cansado, frotando sus ojos con pereza viendo la hora en su reloj, 3:40 p.m. de la tarde y él aún seguía en pijama, sin ánimos de cambiarse y con el cabello sumamente alborotado. Llevaba desde la noche anterior intentando componer algunas letras, sin embargo nada salía de su cabeza, estaba bloqueado.

Su habitación se encontraba levemente oscura, iluminada por las estrellitas neón sobre su cabeza, dándole un ambiente melancólico a la habitación, combinando a la perfección con su estado de ánimo, cientos de papeles arrugados se encontraban esparcidos por el suelo, portando letras vacías que el pálido desechaba, pasaba lentamente  sus dedos por las cuerdas de la guitarra sin alguna melodía coherente, con su otra mano sostenía su tal vez décimo cigarrillo en lo que llevaba de tarde, fumandolo pacientemente, dándose su tiempo con cada calada, cerciorandose que el humo jodiera sus pulmones lo suficiente.

Él había estado peor, no era su momento más hundido, sin embargo no se sentía con ánimos de nada desde hace una semana donde vió bailar a Jimin, que para muchas personas tal vez fue una reacción un tanto exagerada por parte del pálido, pero verlo realmente afectó su interior.

Había estado pensando en Jimin esa semana, quien no había visto desde aquella tarde, el se dedicó a ignorar sus llamadas y mandar a la mierda sus clases y la academia, claro que iba a volver, solo necesitaba un tiempo para él, pero igual, de cierto modo extrañaba al rubio, y es que el chiquillo desde hacía un mes le hacia reír demasiado, cosa que no entendía pues era un acto que no solía estar presente en el, pero de alguna forma molestar al rubio lo mantenía de buen humor.

Además, le gustaba mirar su rostro y detallarlo, llegando a pensar que ya sabía de memoria sus facciones y detalles.

-Yoongi-. Sonó la voz de su compañero Hoseok, siendo opacada por la música efusiva que salía de las cornetas de su computador. -Yoongi voy a pasar-. Demandó sin preguntar.

La puerta se abrió lentamente, haciendo al pálido gruñir y arrugar el rostro por la claridad repentina que había entrado a su habitación.

-¿Qué quieres Hoseok?-. Observó al castaño, que lo miraba con preocupación.

-¿Esperas a alguien? Están tocando la puerta-. Preguntó recargandose del marco de la puerta.

-¿Me ves con ánimos o ropas de esperar a alguien?-. Lanzó con obviedad, señalándose así mismo. El castaño rió ante el comentario sarcástico.

-Bien, entendí. Iré a ver quién es-.

Suspiró confuso, pasando sus manos por su rostro. El no entendía que ocurrió con Yoongi esta vez, aunque podia deducir la razón, el pálido no había querido hablar del tema pese a las insistencias, cosa que le frustraba pues siempre había sido de ayuda para Yoongi, el siempre estaba dispuesto a escucharlo y darle su hombro para llorar si era necesario, sin embargo hacía tiempo que eso no pasaba pues el ambiente se encontraba neutral, Yoongi parecía estar digamos, bien.

GUITAR ; YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora