ACADEMIA DE DIOSES

Mañana todo acabara

Persefone.

Hades me observa con enfado pero no lo esta conmigo, esta enfadado con el tipo que me lastimo. Esta esperando mi respuesta, no quiero verlo preocupado pero se que si no se lo digo terminara enfadándose aun mas asi que no creó conveniente contárselo, seguramente iría a buscar al joven y terminaría cometiendo una idiotez que lo dejaría expuesto ante los demás.

-No...no puedo decirlo- Digo en un tono de voz bajo pero él logra oírme como si lo estuviera gritando a los cuatro vientos.

-Kore, no estoy jugando, ¿quien putas te ha hecho esto?- Su tono es severo y ahora si esta molesto conmigo pero prefiero esto a que se meta en problemas.

-Hades, no puedo decirtelo.

Hades me toma de ambos brazos para obligarme a verlo, su rostro solo refleja odio e impotencia.

-¡¿Que mierda pasa contigo?!- Su grito, su grito esta tan cargado de ira de enfado que me hace estremecer.

-Hades, no quiero que te metas en problemas por mi culpa.

-¡Eres una maldita masoquista!- Me grita mientras me suelta para luego darle un fuerte puñetazo a la pared. -¡Largo, no quiero verte!.

Me muerdo el labio al ver que su mano tiene un ligero rasguño en los nudillos, quiero cuidarlo, debo cuidarlo pero no hay nada que pueda hacer si esta enfadado. Salgo de la habitación dejando a un Hades furioso sentado en la cama, llego hasta la puerta de la habitación que comparto con Artemisa pero antes de abrir la puerta siento como me toman del brazo.

-Vuelve- Dice Hades entre dientes tratando de calmarse.

-Hades, hace menos de tres minutos me pediste que me fuera- Bromeo con una sonrisa y él solo desvía su mirada hacia otro lado avergonzado.

-¿Volverás o no?.

-Bueno, bueno, vamos.

Al volver a su habitación, Hades cierra la puerta con seguro mientras yo me siento en la cama, él entra al baño para luego volver con un botiquín de primeros auxilios.

-Quedate quieta- Me ordena mientras limpia la sangre de mi labio inferior.

-Gracias...

-Cállate, no me agradezcas, esto fue mi culpa, no debí dejarte sola en el bar solo por irme con una ninfa.

-No tienes que cuidar de mi veinticuatro siete, tienes tu propia vida y si quieres divertirte puedes hacerlo- Digo con una sonrisa la cual se desvanece en el instante en que él atrapa mi rostro entre sus manos.

-Lo siento, si no te hubiera comprado este vestido tan provocador que te hace ver jodidamente sexy, jamas te hubieran hecho esto- Su tono de voz es triste y eso no me gusta, no quiero ser la razón de su tristeza.

-Tranquilo Hades, yo no debí ir a bailar con el primer idiota que me ofreciera un baile...pero nunca había hecho estas cosas, siempre he estado con mi madre y con las ninfas de las flores que de no ser por ellas me hubiera mantenido en la ignorancia...

-¿Nunca saliste a hacer las cosas que hacen los jovenes?- Pregunta mientras se acuesta en la cama y haciendo que yo me acueste sobre él.

-No, jamas había ido a bailar, a cantar o a embriagarme.

Siento como lleva sus manos a mi espalda pero una de ellas se desliza hacia mi trasero para apretarlo ligeramente mientras la otras acaricia mi espalda con cariño.

-¿Quieres dormir conmigo?- Esa pregunta no me la esperaba ya que pense que apenas termináramos de hablar volvería a traer a la ninfa con la que estaba hace un rato.