VI

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–¿Te vas a marchar cierto? ¿quieres que pida que empaquen tus cosas? ¿las empaco yo? No sé hacerlo pero puedo intentarlo, es lo menos que puedo hacer después de que uno de mis soldados te disparara.

–Sólo fue un rasguño Steve, estoy bien–trató de tranquilizarlo–. No hay nada de qué preocuparse, no me voy a ir–se incorporó de la cama–. Y ni se te ocurra tocar mis cosas que de seguro las arrugas.

–Dios, Tony–Steve apretó el arco de su nariz y tomó asiento en la silla que estaba a lado de la cama del castaño–. No sabes cuánto lo siento.

–Sólo es un rasguño en el brazo, tal vez hasta me deje cicatriz y podré decir que soy un hombre que vive en el peligro, suena bien ¿eh?–Steve lo miró enojado.

–Lamento informarle joven Stark que no habrá cicatriz, estará como nuevo.

–Bueno, tal vez algunas personas me crean–Tony miró en dirección al doctor–. Gracias doctor...–dejó las palabras al aire.

–Strange, Stephen Strange.

–Gracias–Tony le sonrió.

–Me gustaría que te tomaras esto un poco más en serio–le reprochó Steve–. Te podría haber pasado algo más grave y yo no sé qué haría–Steve se mordió el labio–, si perdiera a mi espía–terminó por decir.

–Estoy bien– Tony colocó su mano sobre la mano del rubio–, tu espía va a estar como nuevo, ya escuchaste al doctor–Steve levantó su mirada, ambos se miraron a los ojos por unos largos segundos.

Antes de apartar la mirada, el castaño le regaló una sonrisa y eso pareció tranquilizar al joven heredero.

Su momento se vio interrumpido cuando el doctor carraspeó.

–Para estar seguros, debería darle un último vistazo a la herida, su majestad–Steve entendió lo que quería decir.

–Tengo que hablar con la corte, pero prometo ir a tu habitación más tarde para ver cómo sigues–el rubio dijo mientras se levantaba de la silla.

–De acuerdo–Tony asintió–. Ve por ellos–Steve sonrió hacia él una última vez antes de salir de la enfermería real.

–Creo que ya sé a quién llamaré "su majestad" también, recuéstese–dijo Stephen.

Tony rio un tanto nervioso.

–Sólo somos amigos–contestó Tony mientras recostaba su cabeza sobre la almohada–. No quiero tener nada que ver con la corona, sería un monarca terrible y Steve merece más–Tony se corrigió rápidamente–, el príncipe merece más.

–¿Entonces tengo oportunidad?–Strange levantó ambas cejas y Tony lo miró con el ceño fruncido, ¿estaba bromeando solamente o lo decía en serio?

Tony no pudo decir o preguntar nada porque Bruce entró rápidamente a la enfermería salvándolo de una situación un tanto incómoda.

–Hola, ¿cómo sigues? Vine corriendo en cuanto me enteré–Stephen lo miró una última vez antes de dejarlos solos.

–Estoy bien–el castaño se sentó–. ¿Cómo supiste?

–Nuestro joven monarca me dijo, le prometí que me aseguraría de que llegaras a tu habitación bien–Bruce me sonrió–. ¿Listo para irte?

El Rey                                                               [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora