El Rey [En pausa]

XVII

Steve era un hombre paciente, pero también realista.

Esperaría a Tony todo lo que pudiera, le gustaba demasiado como para no hacerlo, pero sí las cosas no salían como el rubio deseaba, debía saber qué hacer después, debía tener a alguien más en mente, por lo mismo iba a abrirse más, tanto con los jóvenes nobles, como con los jóvenes que llegarían la próxima semana.

–¿Está disfrutando del palacio Lady Lu?–preguntó mientras tomaba su mano para ayudarle a bajar las escaleras.

–Por supuesto que sí, majestad, su palacio es muy acogedor, las doncellas son muy amables también–sonrió la joven.

–Me alegra escuchar eso–Steve tendió su brazo para que se sostuviera de el, Lu lo agarró gustosa–. Déjeme disculparme una vez más por no haber pasado tanto tiempo con usted–la pelirroja asintió.

–De verdad no hay de qué preocuparse, entiendo totalmente–la chica sonrió y Steve le devolvió la sonrisa.

Le caía bien.

–¿Con qué reinos, Camham desea formar tratados?–preguntó Ana en general.

Tony sabía la respuesta.

–Con el reino ruso, nada más–contestó orgulloso, la
mujer sonrió, tenía buena memoria.

–Correcto, joven Stark–miró a los demás–. ¿Y por qué no lo hemos logrado aún?–preguntó.

–Porque son rusos–Neal contestó haciendo reír a los demás–, son difíciles de tratar.

–Tiene un poco de razón joven Black–Ana reprimió un sonrisa–. Pero eso cambiará pronto, tendremos la oportunidad de ganarnos su apoyo y el de otros pequeños reinos–los jóvenes se miraron confundidos–. ¿Cuánto tiempo ha pasado?–se preguntó a sí misma en un murmullo–. ¡Dios mío! Ya los retuve mucho tiempo, pueden retirarse–Tony la miró una última vez antes de salir por la puerta, extrañamente, había disfrutado de la clase.

Bruce rodó los ojos, ¿es que acaso Thor no podía no coquetear? ¿tan difícil era?

El castaño se armó de valor y pasó frente a donde se encontraba el rubio junto con una doncella.