El Rey [En pausa]

VII

–¿Qué?–exclamó el castaño.

–La corte me está presionando para que empiece con las citas–rio nervioso–. El problema es que tengo poco tiempo y dado que no hablo, aún, muy bien con todos los demás, creo que eres la persona indicada para la primera cita, de esa forma la corte me dejará por un tiempo en paz, en lo que es la coronación–Tony meditó por un momento.

–¿Por qué estás tardando tanto?–Steve frunció el ceño–. En realizar la coronación. Puedes contarme–Tony se apresuró a agregar–, pero sólo si quieres, por supuesto.

Steve suspiró ruidosamente para después hablar.

–Me es difícil todavía pensar en que he perdido a mis padres. Ocupar el trono de esta manera–negó con la cabeza–, simplemente no lo siento correcto.

–Steve–puso su mano sobre el hombro del susodicho–, no conocí a tus padres personalmente, pero estoy seguro de que están muy orgullosos de ti, y creo que, donde quiera que estén, se sienten aliviados y felices, porque su reino seguirá en buenas manos–Tony se humedeció sus labios–. Tal vez sucedió un poco más temprano de lo planeado, pero tu destino siempre ha sido ser rey, y creo que serás uno grande, porque eres una gran persona y eso es lo único que necesitamos–Steve levantó su mirada; sus azulados ojos estaban cristalinos, Tony sintió una punzada en su pecho.

–Gracias Tony–el rubio parpadeo varias veces para eliminar lo cristalino de sus ojos mientras se ponía de pie–. Te veo mañana a las cinco en las puertas que dan al jardín–dijo  Steve mientras caminaba hacia la puerta y la abría.

–¿Quién dijo que iría?–preguntó Tony.

–¿Quién dijo que no?–Tony le lanzó una almohada a manera de juego, la cual Steve logró esquivar con éxito–. ¡Te veré luego!–Steve canturreo al otro lado de la puerta.

Steve es imposible, pensó Tony mientras tomaba el teléfono de su habitación para marcarle a Rhodey.

Tony, por primera vez, estaba picoteando la comida.

Steve notó tal acción, lo miró y espero unos segundos a que sintiera su mirada.

Cuando el castaño lo miró, el rubio tocó suavemente su nariz con el dedo índice.

Por primera vez, hizo uso de su señal.

Tony le regresó la señal divertido,
¿qué querría? No lo sabía, pero la curiosidad lo estaba carcomiendo.

Normalmente, todos hablaban entre sí durante el desayuno, comida y cena.

Nadie lo sabía, pero esos tres momentos eran los favoritos de Steve; escuchar las risas, los platos y cubiertos chocando entre sí, lo hacían sentir menos...solo.