XV

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Tony sabía que iba a amanecer solo en la cama, lo sabía, y de todas formas suspiró pesadamente cuando vio que, en efecto, el rubio no estaba a su lado cuando la luz de sol ya se había colado por las ventanas.

Era raro, siempre se había sentido cómodo, relajado, incluso podría decirse que feliz, alrededor de Steve, pero siempre había creído que era porque...¿había sido amable con él? ¿porque no lo envió a casa cuando lo golpeo?

Tony frunció su ceño, no sabía exactamente porqué se sentía tan bien cuando se encontraba junto al rubio, desde el inicio lo había visto como un amigo, pero sentía que algo había cambiado.

Exaltado, se levantó de la cama y comenzó a pasearse por la habitación.

Tony, piensa, piensa, exhaló.

Se sentía raro, la habitación comenzaba a dar vueltas, no entendía que sucedía.

¿Acaso Steve se estaba colando en su mente, en su corazón? ¿tan fácil era olvidar a alguien más?

Un momento, pensó el castaño al mismo tiempo que dejaba de caminar. ¿Stephen realmente llegó hasta mi corazón?, Tony masajeo su cien.

"Sentimientos", demasiado para cualquiera.

–Sólo hay una manera de saber–se dijo para sí–¿Qué me gusta de Stephen?comenzó a caminar nuevamente por la habitación–. Es atractivo, inteligente, un tanto misterioso–se quedó estático–.¿Qué más?...–murmuró.

Tony se sorprendió al darse cuenta de que en realidad no conocía al doctor.

Movió su cabeza de un lado a otro rápidamente.

Sigue Steve–abrió las ventanas que daban al balcón–. ¿Qué me gusta de Steve?–recorrió la habitación, de nuevo–. Es atractivo, inteligente, gracioso, tiene un gran corazón, me gusta cómo se ve cuando cabalga, me gusta cuando sus azulados ojos se encuentran con los míos–un estremecimiento se hizo presente en el cuerpo del castaño–, cuando echa su cabeza ligeramente hacia atrás cuando ríe, cuando luce confundido–Tony rio, cuando ocurre eso, Steve se le hace de lo más tierno.

Sacudió su cabeza, concéntrate.

–Me gusta cuando toma mi mano–sus ojos viajaron a esta–, y la envuelve con la suya, me gusta cuando dibuja, me gustan sus hoyuelos–siempre aparecen si miras con detenimiento cuando sonríe, recordó–. Demonios–Tony se tiró boca arriba sobre la cama–. ¿Me gusta Steve?–exhaló lentamente–. Me gusta Steve.

Bruce estaba contento, aprender a cabalgar no había sido tan difícil después de todo, había logrado saltar sobre uno de los tantos obstáculos que tenía el palacio a su disposición

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Bruce estaba contento, aprender a cabalgar no había sido tan difícil después de todo, había logrado saltar sobre uno de los tantos obstáculos que tenía el palacio a su disposición.

Se sentía orgulloso, pues lo había logrado solo, Thor no había estado con él esa mañana, lo que se le hacía raro pues ambos habían acordado un horario.

El Rey                                                               [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora