1. Contacto.

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 Incluso cuando cerraba sus ojos las luces atravesaban sus párpados, incluso bajo las sábanas y el antifaz de noche, los colores se mostraban intensos ¿acaso ya no existía la oscuridad? Yeosang tenía miedo, temblaba en silencio apretando los puños, tan fuerte que marcaba sus uñas en las palmas y los codos contra el torso de su cuerpo. Esta era la quinta noche en la que los pájaros cantaban hacia una estación que no existía y los gallos anunciaban el sol que nunca llegaba. Nadie más que él se daba cuenta del tormento, todo retumbaba en su cabeza sin un fin, desde un lado y el otro, el susurro de la noche lo estaba matando.

 Empeoró ayer, cuando un sonido extraño en la madrugada, se volvió incesante. Se oía como un golpeteo en el vidrio "toc toc, toc toc" en intervalos de cuatro segundos por algún tiempo que, no se animó a contabilizar. El aire le faltaba bajo las mantas y la luz del celular sobre su rostro quedaba tenue con el festín de colores que mostraba su habitación ¿era acaso una fiesta a la cual no había sido invitado? no podía saberlo, no quería saberlo, él solo quería que pare, quería poder dormir, soñar cosas bonitas.

 Se le hizo habitual imaginar conejos blancos, suaves y peludos, le daba confianza, lo acercaba un poco a la paz que desde hace días no era capaz de sentir ¿iba a temer para siempre? ¿los sonidos iban a cesar algún día? no lo sabía ¿las luces iban a apagarse?
Solo podía anhelar viejas sensaciones de bienestar, una oscuridad sana que le permitiera soñar. Él no rezaba, pero Dios se escapaba de sus labios en las últimas horas ¿tenía acaso algún sentido? tampoco sabía eso porque no importaba cuánto hiciera, o dijera, cada noche pasaba lo mismo; cada noche el ruido en la ventana, cada noche los perros enloquecidos sonando como jaurías en celo ¿acaso nadie podía oír eso? al parecer no... Yeosang ya no quería que las noches llegaran, especial las de este tipo, frías, llenas de luces y la sensación de que alguien espera paciente a que destape su cara de las mantas, parado al costado de la cama, respirando con silbidos y un perfume particular.

Estas noches son las más detestables, son las noches en las que casi no se mueve, teme que al hacerlo descubran su escondite, su tonto escondite bajo las mantas, porque él lo sabe, sabe que quién golpea su ventana de algún modo se mete a su cuarto y lo observa, lo huele y espera. Pero ¿por qué justo le pasa a él? un ser ordinario de veintiún años de edad que vive con sus padres, que tiene un par de amigos fieles, que no hace nada malo ¿por qué tiene que estar sufriendo así? se lo pregunta a menudo, también se pregunta si será capaz algún día de levantar las mantas y enfrentar esas luces extrañas, de enfrentar a quién asegura se mantiene de pie al lado de su cama, ese mismo que cada noche golpea su ventana.

—Aléjate, por favor.

—Quiero ser tu amigo... 

 

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Luces extrañas [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora