Existían dos cosas que Seonghwa entendía muy bien sobre la convivencia con Yeosang; la primera es que la forma de "babosa gigante" como le gusta llamarlo algunas veces, le disgusta mucho, pero es una forma que él ya no quiere abandonar, porque por primera vez en todos sus años de vida, tiene miedo de no ser capaz de volver a tenerla.
La segunda; se trata sobre los gustos, que no tiene nada que ver con la comida o un día en particular, tampoco con la forma en la que las estrellas se muestran sobre el firmamento nocturno. Así que cuando escuchó aquello sintió una peculiar emoción, emoción que no era propia de él.
Aunque alejarse del cuerpo del humano no era posible porque se habían quedado pegados por la baba de su cuerpo, entendió en ese instante que, aunque viajara a la guerra con otra raza extraña, no podría alejarse mucho de ese humano, porque ahora estaban unidos, más unidos que antes, y no se había dado cuenta de esto hasta ahora.
No estaba seguro si era porque a pesar de que su forma de Zeeta era aterradora, Yeosang elegía abrazarlo, o porque compartir días con él, viviendo su vida, metido en su familia y amigos, le había hecho "sentir" algo que no sabía que podía. Su boca no se movía, pero murmuraba un poco intentando cortar el silencio que los tenía presos.
Era este el momento de decir lo que estaba pensando hace días, lo que él creía ese humano debía atesorar en su pequeña mente, porque probablemente esta sería la última vez en que podrían estar así de juntos, porque si algo aprendió durante su vida como Superior, es que el futuro no está escrito de ninguna manera. Incluso, si pudiera volver en un tiempo a la tierra y entrar por la ventana para verlo, no estaba seguro de cómo funcionaría su relación. ¿Un humano y un Zeeta? Solo se le hacía familiar la nada misma a pesar de no haberse sentido tan lleno de todo nunca.
No quiso forzar demasiado las cosas, Yeosang estaba quieto sobre su pecho pegajoso, pero tenía ganas de verlo a los ojos, aunque estos brillaran por sus lágrimas de tristeza, eso le recordaba a su hogar, al tobogán de estrellas por el que pasearon la primera vez. Quería llevarse un recuerdo, unos ojos bonitos con una sonrisa, una mancha de nacimiento, una sensación humana que merme un poco su incertidumbre.
—También me gustas... — confesó.
Fue lo único que hizo al humano alejarse lo suficiente como para atreverse a verlo a los ojos incluso si era aterrador, si los dientes le sobresalían de la boca y mantuviera la mandíbula tiesa, o si esos ojos verdes le causaran pesadillas. Quizás en ese momento se preguntó si era verdad, incluso se preguntó si fue bueno haberse confesado primero y, si se confesaban porque la situación los empujó a esto.
Admitía que era lindo saberlo, aunque la voz era fea y sepulcral, sonaba como un monstruo, pero sonaba bien, una extraña contradicción que en ese momento lo hizo olvidar que estaba lleno de fluidos extraños, entonces, por primera vez en lo que iba de su largo silencio de despedida, sonrió, sonrió como si le dieran un premio al mejor humano, quizás porque lo era, era el único humano en toda la galaxia en ser halago por un Zeeta.
Qué significaba eso, realmente no lo sabía, pero a partir del segundo en el que las últimas palabras resonaron en la habitación, dio un salto sobre ese ser y se aferró con tanta fuerza desbordado por todas esas emociones que no comprendía y logró canalizar aquel don, el que hacía al Zeeta ceder de forma y entonces, Seonghwa se mostró como el hermoso humano que le gustaba. Cayeron al piso uno encima del otro, abrazados entre ropa y desnudez, en situaciones extrañas que ya habían experimentado en los sueños.
La criatura con forma humana se mostraba en confusión, alguna vez creyó que ese poder que le doblegaba ya no existía, sin embargo, allí estaba, viéndose en los ojos ajenos con otra forma, anonadado por la belleza de quién se sentaba sobre sus piernas, desesperado porque sentía cosas que antes no, o que siempre ha intentado ocultar, porque la cercanía le quitaba el habla, lo convertía solo en un ser con instintos adquiridos por recuerdos que nunca fueron suyos.

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Luces extrañas [SeongSang][COMPLETA]
FanficLuces extrañas en el cielo, los animales e insectos se han vuelto locos, él ya no puede dormir y ahora alguien golpea su ventana pero teme correr las cortinas para ver qué pasa... Yeosang está perdiendo la cabeza. ★Ganadora en: Kpoper Fanfictions Aw...