4. Oculto.

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El ser humano se siente mucho más tranquilo cuando se relaciona en ámbitos que ya conoce. Cuando está rodeado de personas que de alguna forma se asemejan a sí mismo; todos los humanos comparten características que hacen a la especie familiar, es decir, dos brazos y dos piernas, dos ojos, una nariz y una boca. Cuando se enfrentan a algo que no posee una característica conocida, surgen los miedos, el rechazo y la incomprensión, acompañada de una serie de acciones tan impredecibles que pueden afectar a quién las siente y a quién las provoca.

Yeosang se sintió más relajado ahora que su visitante se veía como cualquier persona que haya visto antes; tenía cabellos, dos ojos, dedos, y por sobre todo una voz que se emitía mediante un proceso natural, el uso de la lengua estaba presente, los labios se movían, aunque no acompañados por gestos tan preciosos como sonrisas, y quizás algunos guiños o la humedad en los labios. Pero, ahí estaba: un ser humano y no un monstruo viscoso que solo emanaba miedo e incomprensión. Ahora no era aterrador, no mientras una sábana con dibujos de conejos lo cubrían de pies a cabeza, incluso, hasta se veía inofensivo e incapaz de muchas cosas.

El dueño de la habitación ahora adoptaba otra postura, se cubría con una almohada, como si fuera un escudo, mientras guiaba a este nuevo ser hacia una esquina muy lejos de él. Ya había logrado hablar y solo le pudo dar órdenes «¡Aléjate y cúbrete!». Un gran avance, además de haberse puesto zapatillas y adquirido la habilidad de moverse sin tocar nada hasta la entrada de su cuarto. Esta vez, él estaba decidido a salir de allí ¿por qué? bueno, lo anteriormente mencionado, la sensación de confianza al ver a alguien de su misma especie, al ver que se comportaba dócil y que no intimidaba para nada, ¿un Yeosang débil que sufre desmayos espontáneos? ya no más.

Al encontrar la seguridad que estar fuera de su cuarto generaba, se precipitó en busca del resto de su familia con desesperación. No estaba seguro de si ellos habían estado en contacto con un ser similar o si había sido el único en presenciar este hecho increíble.
Con pasos torpes llegó al cuarto de sus padres, la cama estaba perfectamente tendida, el baño vacío y las joyas de su madre, esas que usaba diariamente, no estaban. Significaba entonces algo bueno, su padre pudo llevar a su madre al trabajo que ambos comparten en la florería y no se dieron cuenta de nada o; un monstruo se los había comido. Esa idea no le daba ánimos de seguir caminando, pero aún faltaban más sitios y más personas, si, su hermana mayor.

El reloj de pared ya marcaba las nueve de la mañana, siendo hoy viernes, las probabilidades con ella solo apuntaban a que estaba en la universidad luego de que su amiga, esa que tiene el auto extravagante de color amarillo, haya pasado por ella a las siete de la mañana. Esta teoría fue fácilmente corroborada con solo entrar al cuarto y ver que sus cosas no estaban, aun así ¿era fiable? aun había una gran posibilidad de que toda su familia haya sido devorada por una familia de extraterrestres con cola y piel de caracol... Pero, no era así, ellos simplemente no estaban, toda la casa daba pistas de eso, incluso el auto no estaba, podía estar más tranquilo.

Regresó a su cuarto, aun con la almohada que usaba como escudo, la falsa ilusión se seguridad comenzaba a caducar como era esperado. Con la mano en su picaporte, relamiendo sus labios, entró gritando, uno; para calamar su propio miedo, dos; para asustar a ese chico.

—¡¿Dónde estás?! ¡muéstrate, caracol asqueroso! — se exasperó viendo la sábana en el piso sin esa cosa a la vista.

—Aquí... y no soy un caracol, soy un Zeeta.

—¿Por qué no puedo verte? — se aferró a la almohada y comenzó a mirar hacia todas partes, no era capaz de descifrar de dónde venía la voz.

—Porque me estoy escondido...

—¿De quién? — en puntas de pie se fue hasta la cama y se sentó a esperar que se haga visible.

Luces extrañas [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora