9. Viaje fantástico.

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La estadía en el espacio es tenebrosa, es la inconmensurabilidad lo que genera incertidumbre, es que si miras hacia arriba lo único que se capta es la oscuridad, no está repleto de estrellas, es un lugar frío y desolado. Algunos planetas emiten ruidos extraños y la sensación de vacío sin fin es constante. Quizás por esto, Seonghwa eligió ir por el tobogán de las estrellas, sabio y conocedor de su espacio y un poco informado sobre las percepciones humanas.

Viajaban de la mano, porque esa fue la regla que Jongho había remarcado muchas veces y, el joven humano a pesar de haberse mostrado durante todo el tiempo como alguien que no desea seguir órdenes, ante esta situación extraordinaria no podía más que ceder, ceder con miedo, porque iban flotando entre destellos.
Eran los únicos en todo el universo en esa hazaña, iban un poco rápido, allí no había viento, pero una fuerza extraña los guiaba a su destino. Yeosang estaba mareado intentando ver hacia todas partes, atravesaban rocas de todos los tamaños y aunque realmente no había mucho para ver, la simpleza de la oscuridad del espacio era un imán, en especial para el humano, que apuntaba hacia todas partes tan emocionado como un niño en el parque de diversiones, siempre ante la mirada de un ser que parecía más fascinado por esa sonrisa que por el entorno en el que estaban.

—No sueltes mi mano...

—¿Has visto esa roca? ¡es enorme! ¡Mira aquello! ¿qué es? ¿si me impulso caeré o seguiré flotando sin sentido? ¿hace frío o calor? ¡no siento nada!

—Cálmate...

—¡¿Cómo quieres que me calme?!— se le puso adelante— ¿Acaso no ves todo esto? — le enseñó con la mano libre.

Seonghwa no dijo nada, solo se limitó a asentir mientras se miraban, para él, era increíble la manera en la que el chico sonreía, sus ojos y las preciosas mejillas que lo acercaban a ser el humano más interesante que haya visto. Era repetitivo en su mente y en sus acciones, para él, que había visto muchas cosas, Yeosang representaba un tesoro.

—Si, lo que veo es muy hermoso...— levantó su mano para tocar su rostro, pero el chico se alejó contento.

—¡Pensé que no eras capaz de apreciar esto! ¡es hermoso! — dijo—¿Qué tan inmenso es el espacio?

—Nadie lo sabe...

—¿Viajaste por todas partes? — lo observó para encontrarse con él mirando hacia adelante en alguna parte de la inmensidad.

—Claro que no... hay partes del espacio que no conozco y dudo que alguna raza lo haga, ni los Supremos saben tanto...

—¿Te gustaría? — se le puso delante, él otro era un poco más alto, por lo que alzar la mirada era necesario. Siempre que Yeosang hacía esto, Seonghwa pretendía ignorarlo, extendiendo su cuello un poco hacia un lado y no pestañeaba—¿Por qué no me miras? no te morderé...

—Si, me gustaría, pero debo esperar para poder alcanzar ese rango...— su mandíbula estaba tensa al igual que su mano libre, que ahora formaba un puño ligeramente apretado.

—¿Cuánto te falta?

—Unos diez años, pero no todos llegan a ser Supremos...

—¿Por qué? — comenzó a dar saltos y a agitar su mano libre para que lo mirase.

—Porque somos seleccionados de acuerdo a ciertas habilidades y sabiduría. Formar parte del Consejo Zeeta es un trabajo muy prestigioso y... ¿puedes dejar de hacer eso?

—¡Entonces mírame!

—No puedo, estoy viendo hacia nuestro camino más fácil... si nos desviamos un poco, otro planeta podría atraernos y es mejor que no pase...— lo observó un momento, Yeosang le sonrió y eso lo hizo volver su vista al frente.

Luces extrañas [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora