10. Lazos ocultos.

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Cuando las primeras interferencias recibidas en sus cuerpos extra corporales comenzaron a hacerse más frecuentes, el Zeeta supo que era momento de regresar al planeta. Pasaron sonriéndose alrededor de media hora porque Yeosang se había fascinado, olvidando por completo que el motivo del viaje era para sentirse más seguro y comprobar que cada ser querido en la Tierra estaba a salvo.

Quizás, la otra cosa que lo tenía cautivo en este plano era el hecho de ser capaz de atravesar las paredes sin esfuerzo o dolor. También se puso a jugar con ello, entraba y salía del cuarto de sus padres y corría al de su hermana. Nadie lo veía o lo escuchaba, estaban tan o más dormidos que en el momento en que él se fue. Pudo acariciar a sus padres con cariño y algo de nostalgia, no sabía que podía extrañar tanto a alguien y la impotencia de tenerlos ahí y no poder sentirlos realmente era desbastadora, aun así, se dio el tiempo para travesuras y tirar del cabello de su hermana como un hermanito menor insoportable, poco la inmutó, pero las risas nadie se las sacó. Era hasta divertido, uno de los únicos momentos en el que pudo mostrarse tal cual es, un jovencito de 22 años risueño que ama sonreír incluso mientras come. Seonghwa lo observaba curioso, trataba de seguirle el ritmo, pero, terminaba siendo solo una pluma yendo de un lado hacia el otro. Casi sonreía también a pesar de que el gesto le fuera poco familiar, cruzaban algunas miradas y volvían a aparecer en otra habitación.

Llegaron a correr tan rápido que atravesaron por completo todas las paredes de la propiedad aterrizando en el patio, en medio de la noche bajo la luz de algunas pocas estrellas debido a la neblina que cada vez se había más espesa. Yeosang propuso una carrera tonta que era difícil de ganar si iban tomados de la mano, no se rendía, brincaba delante de Seonghwa con insistencia, corría de un lado al otro, sin miedo, porque sabía que estaba a salvo.

—Tenemos que regresar—el Zeeta insistía también, pero su carácter se quedaba muy por debajo de la hiperactividad del humano—, si pasas mucho...

—¡Aun no visitamos a Wooyoung! no puedo irme sin verlo...— abultó los labios y ladeó la cabeza.

—Entonces vamos, pero debe ser rápido. Si pasas mucho...— caminó en dirección hacia el patio de al lado.

—¡Tú eres el que no corre! — lo empujó un poco con el hombro buscando jugar, sin embargo, el otro lo observó muy serio y desvió la mirada hacia el frente. Retrocedió en un segundo todo lo que había avanzado en expresiones.

—Si pasas mucho...

—¡¿Si paso mucho tiempo qué?!— se exasperó el humano, se interpuso en el camino del Zeeta y por primera vez volvió a sentir miedo por el color verde de los ojos ajenos.

—No podrás entrar a tu cuerpo y te quedarás atrapado aquí...

Yeosang bajó la mirada y de nuevo tuvo la intención de soltarse, Seonghwa no comprendía porqué siempre que se enfrentaba a noticias serias deseaba huir con tanto fervor, olvidando el peligro que miles de veces se le había remarcado. Le costaba mucho comprender a este humano y sus reacciones tan ambiguas; vio desaparecer del rostro una sonrisa hermosa para abrir paso al silencio repentino y seriedad.

Aseguró el agarre en la mano y cruzaron en silencio hacia el patio delantero de la casa de Wooyoung, lo guio un poco más rápido y de un salto flotaron hacia el cuarto del chico. Lo encontraron despierto, estaba sentado delante de la computadora jugando un poco, llevaba puesto auriculares y hablaba un poco en voz baja. Al verlo Yeosang se detuvo, miró al Zeeta y luego hacia todo su alrededor sin encontrar ninguna sombra extraña rondando cerca.

—¿Puedo?

—No, Yeosang...— Seonghwa negó con suavidad.

—Tu vigilas, solo quiero abrazarlo, no sé cuándo lo volveré a ver, por favor...— se puso delante y sus ojos brillaban incandescentes, llenos de esas lágrimas mágicas que se asemejaban a piedras preciosas.

Luces extrañas [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora