Guarda a tu amigo bajo la llave de tu propia vida.
WILLIAM SHAKESPEARE
Londres 1830
La señorita Sara Collingswood se encontraba sentada en la pequeña y reluciente salita de té junto a su amiga Lady Susan Howard. Ambas señoritas se habían reunido para conversar los últimos pormenores del inicio de la temporada social. Sara se encontraba de un humor maravilloso en comparación a la última semana. Esa mañana al enterarse que la familia de Lady Susan, Los Condes de Derby, y junto a su hijo Lord Nicholas Howard habían llegado a la ciudad para unirse a la temporada, había salido apresuradamente junto a su doncella para reunirse con su amiga. Las dos habían sido amigas desde el momento en que se conocieron el pasado año en el baile de la marquesa de Downshire, era la primera temporada de ambas y se habían caído en gracia debido a que las dos pensaban que mutuamente eran un suspiro y una brisa honesta en comparación a las sonrisas forzadas, los comentarios mordaces y la hipocresía de la población en los salones de baile.
-Susan Cariño, no sabes la alegría que me da verte, por fin una cara honesta en esta ciudad- dilucidó Sara satisfecha de contemplar a su hermosa amiga de ojos verdes y cabello azabache. La última semana de Sara había estado plagada de eventos sociales junto con sus padres, los vizcondes Torrington. y su hermano mayor Andrew habían llegado a Londres una semana antes que los Derby dado que su padre era el encargado de establecer las plantas del jardín botánico de Prinny. Pero lo que solo sabía su familia y sus amigos más cercanos, era su trabajo como ayudante de su padre en temas relacionados con cultivo de plantas exóticas y herbología.
-Oh, Sara, también estoy feliz de verte, no sabes cómo me sienta bien hablar contigo- comentó Susan al ver la efusividad de Sara que discrepaba del comportamiento flemático inglés. Ambas habían sido la sensación la pasada temporada. Sara con su personalidad sanguínea y melancólica que contrastaba con sus ojos y cabello miel, había llenado los carnets de baile en cada evento a los que iba y Susan, con sus ojos despiertos y dicharachera había tenido una lista de pretendientes que estaban ansiosos de visitarla.
-Tengo que llevarte al nuevo jardín botánico que inaugurará papá pasado mañana, quisiera que fueras conmigo, estoy deseando contarte los escándalos de cierto pretendiente tuyo- explicó Sara mientras tomaba un sorbo del delicioso té con toque de vainilla en la habitación mañanera de los Derby.
-Ni lo menciones, ese idiota solo buscaba mi dote, menos mal que me di cuenta antes de que hubiera si irreparable-aseguró Susan mientras masticaba un panecillo relleno. Lady Susan había sido cortejada en su primera temporada por varios caballeros, el peor de todos había sido Lord William Sinclair, hijo del marqués de Milford que en los pasados meses se había esparcido la noticia de su excursión nocturna en la alcoba de la condesa de Morton, había sido tal el escándalo que habían sido sorprendidos por el esposo, mientras se encontraban en pleno acto amatorio. Por supuesto el conde no tuvo más remedio que retar a duelo a Sinclair para reparar su honor.
-Querida, estaba claro que no sentías ni una pizca de afecto por ese truhan, solo lo utilizabas para dar celos a ese lord desconocido que tanto te gusta, ¿Cuándo me dirás quién es el afortunado? - preguntó Sara picará por saber el interés de su amiga por cierto caballero desconocido que ella no había podido descubrir mientras Susan se sonrojaba como amapola.
-Oh, Sara me dejé cortejar porque mis padres no ven la hora de casarme- comentó con desgana Susan- además, el caballero desconocido tendré que sacármelo de mi cabeza porque está claro que soy invisible para él- Susan se levantó del asiento pasando por un lado de la doncella de Sara y miró por la ventana abrazándose a si misma con desgana.
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El destino de Lady Sara
Historical FictionRegencia siglo XIX La señorita Sara Collingswood hija de los vizcondes Torrington es presentada en sociedad junto a su amiga Lady Susan. Sara es una hermosa joven que su padre la ha acostumbrado a una vida independiente capaz de valerse sola y de en...