Esa mañana, su doncella, Mina, la entendió y la ayudo a vestirse comenzando con una camisa hecha de lino con escote amplio y mangas cortas, seguido de unas medias de seda que contenían unas flores decorativas en cada tobillo; continuó con las cintas de liga azul celeste que amarraban sus rodillas alrededor de las medias, luego le puso su corsé anudándolo a su espalda. Sacó las enaguas del armario y le puso una enagua delgada hecha de algodón y luego otra mucho más gruesa, finalmente la vistió con un sencillo vestido color durazno.
Bajó por la escalera principal para desayunar en la mesa de mañana y divisó a su hermano y su padre en ella, ambos hombres estaban leyendo el periódico como cualquier otro día. Ambos caballeros al observar la entrada de Sara se levantaron, por supuesto nunca perdían las maneras. Sara se acomodó al frente de su hermano y al lado de su padre y pidió amablemente que le sirvieran una tasita de té, huevos, tostadas y tocino.
Su padre estaba contento porque su apreciado hijo Andrew por fin había decidido establecerse y nada mas y menos que con la hija del conde Derby. Lord Torrington se hallaba muy contento cuando esa misma mañana ambos caballeros habían madrugado mas de la cuenta y Andrew había decidido contarle la gran noticia a su progenitor.
Por otro lado, Andrew se hallaba bastante nervioso debido a que la tarde anterior había tenido que ayudar a Nick con su accidente y no había podido hablar con el conde Derby para pedirle la mano de su hija. Así pues, luego de despedirse de su hermana y su padre, Salió hacia la casa de los Derby para pedir la mano de Susan en matrimonio.
Sara le informó a su padre que esta noche iría al teatro con su doncella como carabina por invitación de Lord Starling. Lord Torrington dio su permiso y Sara se despidió de él para irse a escurrir a la biblioteca y se sentó en una de las sillas cómodas de la habitación
Debía concentrarse para armar su discurso a la real sociedad de horticultura, aunque faltara una semana para el evento, quería estar totalmente segura y hacerlo lo mejor posible. Sabía que las mujeres no aparecían en ese tipo de espacios y que apareciera en el salón, sería todo un acontecimiento.
Trató de concentrarse, sin embargo, su mente viajaba en Nick, como era posible que pudiera despertar tantas cosas extrañas en ella, tendría que hablar con el clérigo, y que le narrara algunos pasajes de la biblia para que dejara de pensar en sus musculosas piernas; pero como podía pensar en pecado si ver su rodilla había sido toda una bendición. Tendría que quitar aquellos pensamientos de su mente y volver a lo que realmente la tenía en la biblioteca, el discurso. Pero no podía, estos últimos días había sido una descarada, ¿Cómo era posible que una dama bien educada se besara con dos hombres en menos de una semana? Si, porque también se acordaba que Starling, la había besado. Su cabeza era un lio, no se podía concentrar. En vista de que no podía profundizar en su tarea, se levantó y decidió llamar a su doncella, tomarían un paseo por Hyde Park. Se puso su sombrero y salió con Mina hacia el lago Serpentine.
Apenas había gente en el lugar, era temprano para el horario matutino de la temporada, se sentó en uno de los bancos y comenzó a leer uno de los libros que había llevado para el momento. Mina se sentó a su lado a trabajar en su bordado.
No podía concentrarse en su novela de terror de de Ann Radcliffe, desvió su mirada hacia los patos del lago. A lo lejos, observó a una menuda rubia que hablaba con un caballero bastante extraño. Le dijo a su doncella que iría sola a refrescarse y pronto se escabulló a través de los arboles hasta llegar cerca de la pareja sin ser vista.
Observó que la joven menuda era Lady Felicity. Sara notó que estaba nerviosa y le entregaba al caballero una bolsa que pensó que eran monedas. Lady felicity miró a ambos lados y se despidió con una leve inclinación al caballero.
«Que curioso» pensó Sara mientras regresaba junto con su doncella.
La mañana dio paso a la tarde y Sara decidió dormir para prepararse para el teatro. Su madre había pasado la tarde en la salita de mañana junto a Lady Derby. Después de que Andrew anunciara a ambas familias su compromiso con Lady Susan, ambas mujeres habían decidido reunirse para realizar los correspondientes preparativos. Ahora todos iban a ser familia. Susan no había asistido a la reunión con las dos mujeres alegando que se sentía mareada, pero Sara estaba seguro que quería evitar conversaciones frívolas y pasar tiempo con su prometido.
Sara se levantó de la cama y llamó a su doncella para que la vistiera. La doncella le puso una tercera enagua y un hermoso vestido color lino que resaltaba sus senos y su figura a la moda; la peinó con un sencillo recogido en lo alto de su corona.
Ambas mujeres terminaron de arreglarse. Mientras Sara buscaba su camafeo, Mina se preparaba para ir al teatro junto con su señora.
Las mujeres fueron recogidas por Michael el cochero para ir al teatro, tomaron Oxford Street y bloombury y llegaron finalmente a Drury Lane.
Sara y su doncella bajaron del carruaje y subieron las escaleras del teatro. El teatro estaba atestado saludando a varios conocidos. En la entrada divisó a dos hombres muy guapos que las saludaron y las llevaron a un pequeño palco que había sido reservado para el autor de la obra.
Sara estaba sentada en un hermoso palco que le daba una perfecta vista a toda la obra. A su derecha estaba Starling y a su izquierda estaba sentada Mina, el señor Wilde estaba sentado junto a Starling.
-Sara, está usted deslumbrante – susurró Lord Starling y la obra comenzó.
Los tres primeros actos concluyeron y la gente empezó a conservar y aprovechar para tomar alguna bebida. Sara decidió ir por una bebida con el señor Wilde mientras Mina hablaba con unas señoras y Lord Starling con unos conocidos.
-Señorita Collingswood cuénteme como le ha parecido la obra La duquesa de Padua– Comentó el señor Wilde mientras le entregaba una limonada.
-Estoy extasiada señor Wilde, tiene usted mucho talento – puntualizó- es interesante que el protagonista se haga pasar por otra persona para vengar la muerte del anterior Duque Lorenzo – agregó Sara.
-Bueno, a veces hay que hacer sacrificios para lograr los objetivos – añadió Wilde
- No lo creo Señor Wilde, el camino loable es lo mas importante, el objetivo solo es el resultado de un camino honesto – contestó Sara.
-¡Oh! Señorira Collingswood no creo que usted sea la mas indicada para hablar de caminos honestos si, usted misma está consciente que se hizo pasar por hombre para publicar su obra – contratacó Wilde.
Sara enrojeció y no supo que contestar.
-¿Por qué me lo recuerda tanto? – preguntó Sara.
-Porqueestoy seguro de que usted es capaz de hacer mucho más – Wilde Concluyó y ambosvolvieron al palco.
ESTÁS LEYENDO
El destino de Lady Sara
Historical FictionRegencia siglo XIX La señorita Sara Collingswood hija de los vizcondes Torrington es presentada en sociedad junto a su amiga Lady Susan. Sara es una hermosa joven que su padre la ha acostumbrado a una vida independiente capaz de valerse sola y de en...