CAPITULO 10
Volvieron al palco y el siguiente acto comenzó. Sara notó que algunas de las matronas más cotillas de Londres se hallaban aparentemente disfrutando de la obra, pero ella sabía que todo era una fachada para ver y ser visto. Probablemente mañana, toda la buena sociedad sabría que estuvo gozando de la obra junto con Lord Starling. Los rumores se enredarían hasta el punto en que todo el mundo pensaría que sería la próxima Lady Starling y la futura marquesa de Queensberry. Sara suspiró cansada, mañana no saldría a pasear, odiaba los cotilleos. A lo mejor tendría que enfrentar esta situación tarde o temprano, tenía claro que Starling era su amigo, pero las intenciones de Starling hacia Sara eran confusas.
Miró alrededor y divisó al conde de Devon, Susan le había contado que era uno de los amigos de juerga de Nick y ahora se rumoreaba que su próxima amante sería Kate Evans, la rubia que hacía el papel de Duquesa en la obra de Wilde.
El tiempo pasó rápido para Sara, la obra fue sensacional y todo el publico aplaudió. Wilde se quejaba de algunas líneas que habían modificado de su manuscrito, pero estaba contento con el resultado.
El grupo salió del palco mientras los fanáticos se abalanzaban sobre el autor. Starling agarró el brazo de Susan y de su doncella para sacarlas del alboroto.
-Gavin, aparentemente el señor Wilde es muy famoso, tiene muchos admiradores – dijo Sara mientras señalaba el tumulto que rodeaba a Wilde.
- Ni lo digas, ya estoy acostumbrado a esta situación y a sus excentricidades – contestó Starling con una sonrisa de medio lado.
Sara miró a su doncella que se encontraba hablando con una señora y aprovechó para tocar el tema con Starling.
-Gavin, ¿Te puedo hacer una pregunta? – preguntó Sara mirándolo fijamente.
- Por supuesto, Sara, sabes que puedes contar conmigo, ya te lo había dicho – agregó Starling.
-Bueno, no sé cómo decirlo – Sara tomaba sus manos nerviosamente mientras lo encaraba - ¿Por qué me besaste? -. Starling pensó la mejor manera de contestarle.
-Bueno, el tiempo que llevamos conociéndonos me he dado cuenta de que eres una dama a los ojos de la sociedad, sin embargo, eres demasiado abierta, decidida, bastante agradable y lo mas importante no juzgas porque tienes un corazón noble. Esas cualidades me atrajeron de ti, pero hay otras razones que me gustaría comentarte y considero que este no es el lugar -. Con esto concluyó su discurso.
-Esta bien Gavin, pero ¿prometes que me lo dirás? – preguntó Sara.
- Es lo que más deseo – Starling se volvió hacia las dos mujeres – mis queridas damas, lamento decir adiós, pero debo salvar a mi fiel amigo de sus fanáticos – dicho esto, las acampanó hasta el carruaje y se despidió como impone la cortesía.
-Milady, la obra estuvo fantástica y Lord Starling es muy guapo ¿Se casará con él? Eso es lo que están diciendo- comentó Mina su doncella.
Apreciaba a Mina con todo su corazón, había crecido con ella, pero estaba claro que le encantaba entrometerse en la vida de los demás.
-No Mina, no me casaré con Lord Starling – dicho esto, se recostó contra el ventanal y el carruaje siguió su recurrido a Torrington place.
La casa estaba a oscuras, caminó sigilosamente a su habitación y se dispuso a quitarse ella misma las prendas, Mina ya había hecho su trabajo por hoy.
***
Nick había llegado esa misma tarde a Chesterfield, Después de mas de siete horas a caballo estaba agotado, la casa de campo de su familia se encontraba a cuarenta minutos a caballo, no había avisado de su llegada, por lo tanto, el servicio tendría que organizar su habitación y prepararse para recibirlo, así que decidió alquilar una habitación en la posada del pueblo.
La mayoría de las habitaciones estaban desocupadas debido a que las personas pasaban la temporada social en Londres. Estaba demasiado cansado para comenzar con su trabajo, así pues, subió a su habitación y pidió un baño a la posadera. Se quitó la ropa y entró en la pequeña tina, luego de secarse entró en la cama fría dispuesto a dormir.
La mañana estaba comenzando y Nick se encontraba en una de las mesas de la posada desayunando, cogió uno de los periódicos e inspeccionó las noticias del día.
«Nada importante» pensó Nick.
Mientras consumía su copioso desayuno observó un nombre familiar en uno de los periódicos de cotilleos.
-Buenos días señora, sería tan amable de prestarme su periódico, le pagaré por el -dicho lo último, la señora le pasó el periódico a Nick. Cuando Nick la miró notó que el comportamiento de la mujer se volvió sugerente y Nick incomodo, optó por sentarse en la barra junto al posadero.
Repasó las hojas buscando el nombre Starling, hasta que dio con la noticia.
Mis queridos lectores, anoche hemos visto en el teatro Drury Lane a una de las parejas del momento, la señorita collingswood, hija del vizconde Torrington y Lord Starling, hijo del marqués de Queensberry. Ambos iban acompañados del talentoso escritor Wilde. ¿Habrá campanas de boda sonando? Apostemos a que el anuncio se haga finalizando la temporada después de todo el Vizconde y su familia ya tienen una boda que planear ...
Nick no quería seguir leyendo, arrojó el periódico a la chimenea malhumorado, tonterías, eso es lo que era ese periódico. Ya no tenia humor para seguir desayunando, además de preocuparse por encontrar a los criminales del condado, tenía que hacerlo a la menor brevedad posible porque Sara podría ser arrebatada de su lado. Pero que podía ofrecerle, era un hombre con una reputación de juerguista, hacía mas de cuatro meses que no tenía una amante y hacía mas de un año que había dejado los burdeles. Definitivamente el nombre de el Fraile le quedaba bien, sonrió con ironía, sin embargo, el matrimonio era algo que veía mucho más lejano a pesar de que comenzara a pisar la tercera década. Sus apetitos sexuales habían disminuido cuando descubrió que Sara era mucho mas que una cara bonita. Ninguna mujer lo atraía, había mantenido relaciones con una viuda solo porque le recordaba a Sara, era patético, y ahora cuando había tomado la decisión de acercarse, el descarado de Starling se la estaba quitando en sus propias narices.
Lo mejor sería solucionar este problema lo mas pronto posible, pero por ahora, podría escribirle.
Subió a su habitación tomó papel y lápiz.
«Pero que podría escribirle, no era ni su prometido ni la estaba cortejando, no importa» pensó Nick.
Dulzura ...
Dobló la carta y pidió un sello y lacre para sellar la carta, le pidió al posadero que la enviara directamente a Londres.
Hecho esto, salió de la posada y buscó al detective Smith junto con algunos miembros de Scotland Yard, su trabajo apenas comenzaba
ESTÁS LEYENDO
El destino de Lady Sara
Historical FictionRegencia siglo XIX La señorita Sara Collingswood hija de los vizcondes Torrington es presentada en sociedad junto a su amiga Lady Susan. Sara es una hermosa joven que su padre la ha acostumbrado a una vida independiente capaz de valerse sola y de en...