CAPITULO 7

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El gran día había llegado por fin, la inauguración del jardín botánico de Prinny había tomado lugar un 27 de febrero de 1836. Los jóvenes y niños se amotinaban para degustar y observar las rarezas naturales que ofrecía la naturaleza y las institutrices iban con sus pupilos para pasar un día lleno de nuevo conocimiento y entretenimiento. Mas que un jardín, la inauguración parecía un festival, estaba abarrotado, se encontraban vendedores ofreciendo todo tipo de alimentos y chucherías, guías dando información a niños y jóvenes, y finalmente personas que querían hacerse notar repartiendo panfletos. Las palabras del Vizconde Torrington habían sido un éxito, la publicidad del evento se había hecho a través del periódico The times y la respuesta por parte de la población londinense había sido positiva.

Sara había madrugado para apoyar a su padre en la inauguración del evento, toda la familia Collingswood se encontraba en el jardín botánico. Estaba dando instrucciones a uno de los lacayos cuando atisbó desde lejos a los Howard, el conde de Derby iba con su esposa seguido de Susan y Nick. Tenía que admitir que los Howard se hacían notar, parecían la viva imagen de una pintura majestuosa; todos compartían esos ojos verde bosque tan característicos, tenia entendido que los condes eran, de algún modo, primos; no pudo evitar sentirse atraída por el varón más joven. Sus atuendos eran sencillos de acuerdo a lo que dictaba el evento, pero eso no les quitaba carisma y atractivo. Había escuchado que un familiar de los Howard iba asumir la dirección de los whigs, el partido liberal británico.

Como dictan los modales, saludó a los Howard con una leve reverencia, les informó de las secciones y atracciones que estaban disponibles, no sin antes mencionarles de la ayuda que Lord Malden había otorgado para abrir la sección de las Américas la próxima semana. Los condes se despidieron de forma afable dispuestos a recorrer el lugar. Lady Derby sugirió que Nick y Susan podrían acompañar a Sara en el evento, siempre le había caído en gracia Lady Derby debido a su disposición casamentera para con su hijo.

Susan tomó el brazo de Sara mientras Nick quedaba detrás de ellas rezagado, el grupo siguió el sendero del Jardín.

-Sara querida, por que no me cuentas que ha pasado desde el baile de los duques de Devonshire - preguntó Susan mientras caminaban por los jardines.

-Veras, ayer estuvimos trabajando en el jardín y la ayuda de Nick fue crucial para terminar con nuestro cometido, además, daré un discurso de mis escritos en la reunión de la real sociedad de horticultura, ¿No te parece maravilloso? - sonrió Sara mirando a los dos hermanos.

Susan se percató de que Sara había llamado a su hermano por su nombre dedicándole una mirada de explicación a su hermano. Nick le respondió con una mirada suplicante de que no dijera nada.

Sara quería contarle a Susan todas las situaciones que había vivido con Nick hasta ese momento, pero decidió no hacerlo, si le contaba que Nick la había besado, puede que su amiga le exigiera a su hermano que le pidiera matrimonio como hombre de honor. Por supuesto, Sara no estaba de acuerdo en atarse a un matrimonio por obligación.

-Por supuesto querida, pero tengo entendido que las mujeres no pueden entrar a esos eventos, ¿cómo fue que lo conseguiste? -.

-Bueno la cosa es que nadie lo sabe, iré como mujer al día del evento, tendré el apoyo de mi padre, mi hermano y Nick -.

- ¡Oh Querida! Sabes que yo también te apoyaría, pero mi madre pondría grito en el cielo si me escabullo en la reunión -.

-No te preocupes Susan, se que me estarás apoyando -.

Con paso rápido y actitud hosca, Andrew hizo presencia entre los tres nobles. Sara estaba aterrada, hacía mucho que no veía a su hermano tan contrariado.

El destino de Lady SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora