CAPITULO 23

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Sara abrió los ojos despacio tanteando el lugar en el que se encontraba, el olor y la sensación de las cobijas era muy familiar, pero no entendía como había llegado ahí. Así que, de un sopetón, abrió los ojos encontrándose en la alcoba que la había acompañado desde que llegó a Londres y a su lado, estaba su progenitora con el rostro demacrado acompañándola.

-Madre – Lady Torrington dio un grito de felicidad al observar que su hija estaba despierta, se acercó a la cama y la abrazó - ¿Cuánto tiempo llevo dormida madre? -.

-Tres días cariño, casi nos matas de un susto, estábamos muy preocupados, no sabíamos si despertarías, el medico dijo que las cortadas eran muy graves – dijo su madre mientras sollozaba y se limpiaba las lágrimas – llamaré a tu padre y a tu hermano, ellos estarán tranquilos al saber que por fin has despertado – le besó la frente y se alejó de la cama en dirección a la puerta.

Unos minutos después estaba siendo asediada por Lord Torrington y Andrew. Su familia estaba feliz de verla despierta.

-Padre, Madre, quiero pedirles perdón por haber huido de casa – fue lo único que dijo Sara, estaba segura de que diría que se sometería a las reglas de ellos, pero no fue capaz de decirlo porque no lo sentía.

-Perdónanos a nosotros hija por someterte a una situación tan inverosímil – apostilló Lord Torrington – Desde ahora en adelante no te obligaremos a nada – concluyó Torrington mientras miraba de manera significativa a Andrew.

-Muchas gracias familia, ahora necesito bañarme y vestirme, estoy cansada de estar en la cama -.

-Espera -dijeron todos al unísono – según el médico, no podrás apoyar los pies por varias semanas, Andrew te llevará al jardín – Sara asintió mientras Andrew refunfuñaba. Llamó a su doncella para que la ayudara a bañarse y vestirse.

***

Sara bajaba las escaleras mientras era cargada por Andrew.

-Es más fácil cargar un caballo que a ti hermanota – dijo Andrew y Sara le pellizcó el cuello, Andrew emitió un "Auch"- ¡está bien, está bien! Es más fácil cargar un elefante que a ti – concluyó Andrew con una sonrisa y Sara refunfuñaba cuando en el umbral de la casa atisbó dos hermosas flores con unos moños bastante notorios.

-¿Que eso Andrew? – preguntó Sara señalando las flores.

-No lo se hermanota, llegaron esta mañana

-Suéltame tengo que mirar de quien son – contestó Sara excitada

-Te llevare hasta allí pero no podré soltarte, ¿has visto tus pies? Puede que los tengas vendados, pero están asquerosos – Sara asintió mientras hacía una mueca por la honestidad de su hermano.

Fue llevada hasta el primer regalo, un ramo que estaba colocado en una pequeña mesa en la entrada principal, eran unas hermosas y frescas rosas rojas con una pequeña carta blanca.

Querida Sara

Recupérate pronto

Con cariño tu servidor Gavin Starling

Guardó la nota en su bolsillo y luego le pidió a Andrew que la llevara hasta el otro regalo. El segundo regalo consistía en una pequeña flor sembrada en una pequeña matera, había visto la imagen de la flor en el libró que el obsequió Nick, por tanto, pensó que aquel regalo podría ser de él y que requería de mucho cuidado porque la flor era nativa de las Américas. Sacó la nota que estaba engarzada en la matera y la abrió

Dulzura

Lamento no haber estado contigo estos primeros días, pero tu familia insistió en dejarte sola. Ruego por tu recuperación y espero que te guste esta especie, seguramente ya sabrás cual es, sí, es una Iris setosa. Cuídala bien como yo espero cuidarte algún día.

El destino de Lady SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora