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Luna:

No he visto a Adonis desde mi fiesta de cumpleaños y no se ha contactado conmigo desde entonces, pero..

Si el no viene por mí, yo iría por él.

—Luna... ¿Qué haces aquí?.—Me pregunta al verme entrar a su oficina.

Raras veces vengo aquí.

Cierro la puerta detrás de mí y me pongo frente a su escritorio, la mirada de Adonis no tarda en mirarme el cuerpo, he escogido un atuendo perfecto para la "Entrevista"

Una falda, con una blusa y unas zapatos de tacón.

—Vine por mi entrevista de trabajo.

—¿Entrevista?

—No te has contactado conmigo y le insistí a papá, aunque al inicio pensaba que era solo una broma entre nosotros la noche de mi cumpleaños, el termino aceptando mientras tú me des la oportunidad de trabajar contigo.

Adonis abre los ojos.

—A menos que.. fuera solo mentira y no que..

—Claro que no.—Me interrumpe y señala los asientos frente al escritorio.—Toma asiento, Luna.

Lo hago.

—¿Ese es tu curriculum?.—Me pregunta señalando el folder con las hojas que llevo en mi mano.

Asiento con la cabeza, me pide que se lo entregue, mientras el lo revisa con atención, pongo los ojos solo en sus gestos mientras mi pie deja mis zapatos de tacón y lo levanto para estirarlo por debajo del escritorio, Adonis tiene las piernas separadas, así que se me es más fácil cuando llego a su entrepierna.

Él se detiene y sube la mirada a mis ojos.

—Luna...

Acaricio con mis dedos su entrepierna, siento lo duro que esta y el enseguida baja la mano y me cubre el pie.

—Pequeña.. no.

Me muerdo el labio.

—Creo que debo hacer esto para recordarte lo que hicimos.

Puedo ver su rostro excitado.

—¿Te gusta?

—Luna..

—La tienes dura.—Sonrio complacida con lo que estoy logrando.—Claro que te gusta.

Froto su dura erección y su mano se desliza por mi pierna, yo sonrio encantada.

—Luna, por favor..

—Solo dime que te gusta, Adonis.

—Joder, claro que me gusta, pero.. joder, Luna..—Apenas y puede hablar.—Pequeña, estamos en mi oficina.

Oh, es verdad.

Por ahora parare, solo por ahora.

Bajo el pie despacio y me coloco el taco otra vez, sus ojos me miran todo el tiempo.

—¿Has venido por esto?

—No has contestado mis llamadas.—Pronuncio.—Pero si, también vine por el trabajo y esto.

Lo observo pasar saliva.

—Necesitaba tiempo para pensar.

—Dos días fueron suficientes, creo que ya podemos hablar de lo que pasó, Adonis.

—Luna...

—Nos besamos.

No puede contradecirme, fuimos los dos.

Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora