Epílogo

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Luna:

Rompí mi conexión con mi padre ese día en el hospital

No nos volvimos a ver, ni en cumpleaños, mucho menos en navidad o año nuevo, lo poco que sabía de él era por las noticias de la construcción y cuando finalmente anunciaron la fecha en la que se abriría el centro comercial.

Estaba tranquila, pensaba en el cuándo me acordaba, pero la mayor parte del tiempo solo disfrutaba de mi nueva vida al lado de Adonis.

—Feliz aniversario. —Adonis me entrega un ramo de rosas, aquí mismo en la oficina.

Acaparamos las miradas de todos y los "Ohh" no tardan en aparecer.

Embelesada por su hermoso detalle, sujeto el ramo feliz.

Sé que estamos en la oficina, pero no puedo detenerme, cojo su mejilla y le doy un beso suave en los labios.

—Luna Blackwood.. —Ese es el jefe, ahora soy Blackwood.

Me muerdo el labio y me vuelvo hacia Michael.

—Las muestras de cariños.

—Ha sido mi culpa. —Aboga mi esposo por mí.

—Lo lamento. —Me disculpo. —No volverá a pasar.

Mi jefe solo nos da una larga mirada seria y se dirige a su oficina, regreso mi atención al hombre que amo.

—¿Iremos a cenar fuera esta noche?

Niego con la cabeza. —Prefiero una cena preparada por mi esposo Adonis Blackwood.

Me observa con una expresión llena de felicidad. —Una cena romántica en casa será, Señora Backwood.







(*)










El guiso que prepara Adonis esta noche está más delicioso que otros días.

Se ha esmerado bastante.

Y creo que yo también debo hacerlo.

Saco la cajita de regalo y se la coloco sobre la mesa después de que terminamos de cenar.

—No hacía falta, pequeña.

Claro que sí.

—Ábrelo.

Dándome una última mirada, el empieza a desgarrar el papel, Adonis abre la caja que se ocultaba detrás del papel de regalo y su rostro se levanta en mi dirección.

Sus ojos con una mirada que he visto que me da solo a mi. —Pequeña...

—Estoy embarazada. —Le aclaro de una vez, aunque ya es bastante obvio al ver las pequeñas botitas que metí en la caja. — Adonis, estoy embarazada.

—Luna...

No puede con la sonrisa y sus ojos se llenan de lágrimas, el grita eufórico y se pone de pie cogiéndome de la cintura, mis brazos suben a su cuello y los rodeo con el.

Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora