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Adonis:

Mientras tengo el corazón a punto de saltar de mi jodido pecho, Luna comienza a recoger cada una de sus prendas y la llevo hasta la habitación.

Odio esto realmente.

Escondernos.

Y no es algo que me agrade ocultar a mi novia en mi primer día de noviazgo, incluso después de eso, no me agrada para nada ocultar a Luna.

Hago ingresar a Christopher a mi departamento, me ha traído los papeles del proyecto de la construcción.

—¿No podías dármelos mañana?

—¿Qué tiene de malo que te los de hoy?. —Me pregunta y observo como se deja caer sobre el mueble, el mismo mueble donde hace unos minutos, su hija y yo estábamos juntos. —La verdad es que necesitaba una excusa para salir de esa casa... ¿Te queda algún trago?

—Christopher, no es un buen momento.

Mi amigo frunce el ceño. —¿Acaso me estas echando, Adonis?

Tras esa pregunta sonríe.

—Solo no estoy de ánimos para ser tu compañero de trago esta noche, amigo y como dije no es un buen...

Mierda...

Mierda..

Doble mierda.

—¿Lo dices por esas bragas rojas?.

Joder, la ropa interior de Luna.

Bendita la hora en la que se le cayó mientras se dirigía a ocultarse en mi habitación, las cojo del suelo y las guardo, Christopher sonríe.

—Debiste empezar por ahí, Adonis, somos amigos y no tenía idea de que frecuentabas a otra mujer.

Es algo impresionante para él, como le dije a Luna, no tengo venas relaciones o no se tenerlas.

—¿Ella está aquí ahora?

No le respondo y el se levanta.

—Entiendo, pero hubieras iniciado por ahí, lo entendería.

—Gracias, Christopher.

—Como sea, revisas los papeles luego y me dices que te pareció, en cuanto a tu compañera de cama. —Pronuncia y sonríe. —Si tiene una amiga, me gustaría conocerla.

Frunzo el ceño. —¿Y tu esposa?

Suelta un suspiro.

—Últimamente no soporto a mi mujer. —Me dice y mis cejas se alzan. —Pasar el rato no hará mal, es decir, solo es una noche, no cambia nada, Ximena sigue siendo mi esposa.

—No estoy de acuerdo, Christopher.

Él pone la mano en mi hombro.

—Y a donde te ha llevado actuar así.. —Su sonrisa se mantiene. —Cuando hayas tenido la mitad de mujeres con las que he estado en el pasado, puedes opinar.

Maldita sea, Christopher, tu hija está escuchando todo.

—De vez en cuando, los hombres casados necesitamos buscar en otros lugares.... ¿Comprendes lo que te digo?

No le respondo y él se dirige a la puerta.

—Sé que follar también es importante para ti después de todo este largo tiempo sin hacerlo, pero por favor asegúrate de leer los papeles.

Christopher sale de mi departamento y no pierdo el tiempo en ir detrás de Luna, abro la puerta y la encuentro a punto de salir.

—Pequeña...

Sus ojos están rojos y hay pequeñas gotas de lágrimas.

—El busca engañar a mi madre.

No sé qué decirle.

—¿Cómo puede hacerlo?

—Luna, estoy seguro que son solo palabras, que yo sepa, tu padre jamás...

—Tiene la intención de hacerlo y basta. —Ella niega mirándome. —Con ese pensamiento, él puede hacerlo sin remordimiento y ya.

—Luna..

—Mamá siempre le da todo a su gusto, nunca le da la contraria ni cuándo debe hacerlo y lo apoya incluso sobre mí, sé que no siempre está presente por su trabajo al igual que él, pero creí que al menos papá valoraba lo que ella hacía.

Cojo su rostro entre mis manos y limpio las esquinas de sus ojos con mis pulgares.

—No pensé que su situación estuviera así de mal, Adonis y no se como sentirme al respecto.

—¿Qué quieres hacer, pequeña?

Observo como se muerde el labio y luego los separa.

—Quiero quedarme.

—Pequeña...

—Déjame quedarme esta noche contigo, Adonis, porque no estoy segura de que al volver a casa pueda ignorarlo al verlo o actuar como si nada hubiera pasado.

Su mirada me suplica y ella tambien.

—Por favor..

La atraigo hacia mí.

—Eres libre de quedarte si deseas, Luna.—Le prometo.

Puedo sentir su cuerpo temblar.

Gracias...

Esa noche no hubo sexo después de esa inesperada visita, solo la lleve a dormir conmigo y la abrace, porque sentí que eso era lo que ella necesitaba.

Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora