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Luna:

Voy a casarme...

Voy a casarme con Adonis Blackwood.

Si me preguntan cómo me siento mientras camino al altar donde me espera el hombre que amo, es un completo revoltijo de emociones.

Tengo ganas de llorar y no dejo de sonreír, los nervios me hacen sentir que debo escapar y sin embargo mis pies no se mueven.

Estoy en el momento exacto, con el hombre perfecto.

Mamá es quien me acompaña y me entrega a Adonis y ambos nos perdemos en el uno al otro mientras el padre empieza la oración.

Sonrio viendo a mi prometido y sus ojos no dejan de verme maravillados desde que me vio con este vestido color crema.

Tampoco iba a usar blanco.

"Completamente hermosa, soy tan afortunado".—Me susurra.

Una frase que hace llenar mis ojos de lágrimas, pero no lloro, a mamá le costó hacerme el maquillaje y sé que se enojara si termino saliendo mal en las fotos.

La pregunta llega.

—Si.

Si.. si .. Si.

Mil veces sí.

Adonis responde igual y no le deja al padre terminar la pregunta, pero sucede.

Nos casamos.

—Te amo, pequeña.

Lo siento, mamá.

Ahora si voy a llorar.—Yo también te amo.

Nuestra vida empieza ahora...









(*)










—Adonis...

¿Agotada con él? Jamás.

Mis labios se separan y aprieto los ojos mientras mi cuerpo no deja de moverse, Adonis está a mis espaldas y su polla no deja de follarme por detrás.

Las manos de adonis aprietan mi cadera y tira de mí, su erección se hunde más y me muerdo el labio hasta sangrar.

—Pequeña...

—No pares.—Le suplico.—No te detengas, Adonis.

Así como lo prometió, lo hizo, nuestra Luna de miel consistió de un pequeño viaje justo después de la boda, era lo que queríamos, nada de fiestas, solo los dos y después de concederle los caprichos a mamá, sin incluir esa llamada que hicimos la noche anterior y de la que no sabe, ella nos dejó decidir esto.

Era nuestro después de todo.

Adonis y yo estábamos casado, realmente nos casamos.

Y esta noche, nosotros disfrutamos como nunca antes.









(*)










—¿Estas bien?.—Me pregunta Adonis mientras me coloco el vestido.

Bien.. Digamos que es algo difícil dar algunos pasos.

—Pequeña...

—Estoy bien.—Él llega hasta mi con una sonrisa en el rostro.

Me da un suave beso en los labios.

—¿Segura?.—Me pregunta con una sonrisa burlona.—Podemos quedarnos si quieres.

—Es nuestra Luna de miel.—Le recuerdo.—Quiero que la disfrutemos lo más que se pueda.

Sus besos se desvían a mi barbilla y luego a mi cuello.

—Hay muchas maneras de disfrutar.

—Tú quieres terminar sin dejarme caminar.

Adonis se ríe, yo también.

Él va a besarme, cuando mi teléfono suena, lo cojo.

Es mi madre.

—Mamá, no es un buen momento.—Le aviso, Adonis se coloca detrás de mí y me rodea la cintura con los brazos.

Me rio.

—Adonis..

—Luna...

La voz de mamá borra mi sonrisa.

—¿Ocurrió algo?

Los besos de Adonis se terminan, mamá es franca.

—Es tu padre, Luna.

Mi corazón se acelera.

Mi padre...

—¿Qué ocurre con mi padre, mamá?

Mamá responde enseguida.—El ha tenido un accidente.

Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora