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Adonis:

No lo creí.

Me negué a creerlo cuando Ximena Tramell me llamo para avisarme sobre lo ocurrido, incluso me sorprendió que lo hiciera al saber que entre su hija y yo hubo algo, eso me dio mucho más pavor porque me aseguraba de cierta forma lo desesperada que estaba y lo cierto que había en lo que me había dicho.

Christopher se enteró de lo nuestro.

Christopher golpeó a Luna.

Y ahora ella está en el hospital.

Aun después de que Ximena me lo dijera, no lo crei por completo  hasta que yo mismo fui al hospital

—Adonis…

Joder..

Joder..

Joder..

Ella está aquí, en una habitación, acostada de lado para evitar que el dolor en su espalda la consuma, sus ojos están llenos de lágrimas y hinchados seguramente de las que boto durante toda la noche.

—Señora Tramell..

El médico llama a Ximena y ella coloca su mano en mi hombro, permitiéndole que me quede con su hija, sale de la habitación y me acerco a ella.

No puedo creerlo.

Y no puedo creer que Christopher se fuera a trabajar como si nada hubiera pasado.

Cojo su mano y necesito verla, necesito ver los que le ha hecho.

Luna se da cuenta de mis intensiones y me detiene, no porque no desea que la vea, quizás eso también, pero sabe lo que haré cuando mis ojos comprueban por sí mismo lo que mi amigo le hizo a la mujer que quiero.

—Adonis, no.

Me ubico detrás de ella y me quedo helado, hay heridas en su espalda, a pesar de que los médicos le han tratado las últimas horas, las heridas en su espalda aún están frescas y dejara cicatrices.

Luna tendrá cicatrices.

Mis puños se aprietan.

Y siento impotencia.

Regreso a su lado.

—Lo lamento, mi amor. —Le digo. —Lo siento mucho, Luna.

El no dejaba de pegarme, Adonis.. papá..

¡Christopher, maldita sea!

Mi cuerpo se tensa.

¿Por qué me hizo esto?

La rodeó con mis brazos, con cuidado y dejo que se desahogue.






























(*)



























—¡Christopher!

Interrumpo la puta reunión con los clientes de la construcción y mientras camino hacia el veo su rostro transformarse completamente furioso, me importa una mierda lo profesional o si perdemos este trato, solo pienso con la cabeza caliente como si fuera un puto adolescente  porque me ha tocado donde más me duele, le he soportado muchas cosas de el, pero esto no.

Lo sujeto de la camisa.

—¿Qué demonios haces trabajando como si nada hubiera pasado mientras tu hija esta en un hospital?

—Suéltame ahora mismo, Adonis.

Lo hago, pero no antes de proporcionarle un puñete en el rostro, Christopher cae al suelo y los  hombres en la sala observan llenos de sorpresa.

—¿Qué haces, Adonis?. —Es Laura, la causante de todo esto, pero no tengo tiempo para lidiar con ella ahora mismo.

Quien golpeó a Luna es Christopher.

—Hijo de puta, no solo me traicionas de la peor manera, sino que te atreves a golpearme.

—¿Por qué no lo dices como sucedieron las cosas?. —Le suelto. —Ese es problema, Christopher, aún después de esto te importa más el tener una imagen intachable que admitir lo que le hiciste a Luna.

Nuestros socios se miran unos a otros.

—¿Y que de malo tiene que me enamorara de tu hija?

—¡Bastardo!

El peor temor de Chistopher, que su imagen se cae afectada, con esl el se abalanza sobre mi y comienza a golpearme, pero le devuelvo cada uno de esos golpes.

—¿Acaso has visto como le dejaste la espalda?

Le doy otro golpe.

—Ni siquiera te interesa, hijo de puta. Todo porque.. ¿ Por qué nos enamoramos?

—¡Te aprovéchate de mi hija!

—¡Luna no es menor de edad, no es una niña que no pueda tomar decisiones!. —Le respondo. —¡Es capaz de elegir a quien querer o no y ella me eligió! ¡ Es lo suficiente capaz para manejar esta empresa mejor que tu! ¡Tu hija es mucho más perfecta de lo que imaginas y ni siquiera puedes verlo!

—Sueltame, Adonis

—¿Cómo has podido hacerle daño?

—Le di lo que se merecía, una lección y si ahora mismo no me sueltas, también te daré una.

Mis puños se aprietan.

—¡Empezando por despedirte, estás despedido, Adonis!

Me levanto.

—A partir de ahora dejas de ser mi puto amigo.

—Lo has dejado de ser desde que encuentre a mi hija en esa habitación de hotel.

Estoy listo para salir de ahí, cuando el detiene mis pasos.

—Piénsalo, Adonis.. ¿Qué clase de futuro tiene contigo?. —Me pregunta. —Te conozco,  lo llamas “Amor" y cuando no funcione como tus otras absurdas relaciones ¿Qué? Dejaras a mi hija embarazada y te irás.

Mis puños se vuelven aprietar.

—No la mereces, no eres digna de mi hija y no es justo que arruine su vida, Adonis.

No necesito escuchar más.


























(*)


























—Los doctores dicen  que  con algunas cremas y un tratamiento con un dermatólogo, las heridas podrían desaparecer totalmente.

Sobrio despacio.

—Adonis… ¿Te desagradan si..

—Para nada. —Le prometo. —Estoy enamorado de ti, con o no cicatrices, no voy a dejar de quererte.

Ella sonríe.

—Te quiero tanto, Adonis.

Ella se acurrucada a mi lado, estamos en el hospital, le comenté ligeramente lo que ocurrió en la oficina y ella no protestó, Luna a llegado al límite, es por eso.

—Me harán otros exámenes internos, pero dudo que me haya lastimado algún órgano.

Mi cuerpo tiembla.

Si esto se repite...

Si Christopher se atreve a dañar a mi pequeña otra vez.

—¿Adonis..?

Junto mi frente a la suya.

—Tenemos que hablar, pequeña.

—Dime.

Trago saliva. —Sobre nosotros.
Ella me observa atenta.

—Creo que.. —Bajo la mirada por un segundo y luego la subo. —Hay que darnos un tiempo, Luna.

Sus labios se separan. —¿Qué?

Veo las lágrimas en sus ojos y mantengo firme mi decisión mientras tengo las palabras de Christopher en mi mente.

No lo hago por eso, pero después de lo que hemos pasado siento que es lo que necesitamos.

Un tiempo.

Y de alguna forma, evitare que ella vuelva a pasar por lo mismo.

—Adonis..

—Hay que terminar, Luna.

Sus ojos se llenan de lágrimas y yo lo culminó.

—Terminemos, pequeña.

Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora