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Luna:

Michael Tylor, el dueño de Enterprise Tylors es quien me entrevista esa mañana, cierra mi curriculum y tiene una sonrisa leve en el rostro que me da esperanzas.

—Solo debo decir que estoy impresionado.

Para algunos quizás sea increíble que el mismo jefe los felicite, pero para mí es mucho más, después de vivir con un padre que no piensa que las mujeres podamos sobresalir en una empresa como la que el tiene, es agradable y me da esperanzas de que puede permitirme explotar las habilidades que tengo.

—Te graduaste con buenas notas, Señorita Tramell.—Me dice Michael Tyler.—Serás un gran aporte en esta empresa.

—Muchas gracias.

—Pero si no te incomoda. —Achica los ojos. —Me gustaría saber porque desea trabajar aquí si su padre tiene una gran empresa de construcciones, a decir verdad podría considerar que nuestras empresas son rivales.

Sabía que había algo que no..

—Yo..

El espera mi respuesta.

¡Solo di la verdad!

—No me llevo bien con mi padre. —Admito. —Tuvimos problemas y el no cree que sea lo suficientemente para su empresa.

Tal vez debí omitir eso, ahora el señor Tylor puede pensar que soy una fracasada y mi curriculum es mentira.

—¿Eso es todo?

Abro los ojos.

—Sí, esa es la razón.

—Entonces estoy más tranquilo. —Admite. —Para ser sincero me preocupaba que de alguna manera...

—¿Buscara sacar información?

El señor Tylor luce avergonzado. —Lo lamento, no he podido evitar pensarlo.

Me muerdo el labio. —Es normal, dado que mi padre es Christopher Tramell.

—Dejando claro eso y si me disculpa por pensar asi, solo me queda darle la bienvenida, claro, si usted no se siente ofendida y aun desea trabajar con nosotros.

Me extiende la mano.

Bajo la mirada y acepto su apretón. —Gracias.

—Bienvenida a Enterprise Tylors, Señorita Tramell.













(*)












El dueño de Enterprise Tylors me ofrece dar un paseo por la empresa y a pesar de haber venido antes, dejo que me dé un pequeño tour, luego me despido de él y voy hacia la salida.

Al cruzar la puerta, el curriculum que llevo en las manos casi se me cae, sin embargo logro sostenerlo.

Y de no haberme asegurado de sostenerlo bien después de eso, probablemente se me hubiera caído al escuchar su voz.

—Pequeña...

El corazón se me sigue acelerado igual que antes, con solo oírlo, sigue latiendo por el.

Dios mio..

De todos los lugares y las empresas a las que podía ir.

El tenia que estar justo aquí.

Adonis Blackwood.







Más allá de una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora