Neuf;¿Es cierto o te estás convenciendo?

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Observaron como Bucky había llegado a su oficina porque estaban ahí, en la sala de espera.

No se veía bien.

Nada bien.

No se veía como otros días.

Otros días en los que se veía radiante y tenía una gran sonrisa en el rostro, donde caminaba confiado.

No, no se veía así.

Sus ojos se encontraban rojos e hinchados.

Eso les hizo entrar.

—No los había visto.—Dijo James, mientras se sentaba en la silla del escritorio.

—Por supuesto que no nos habías visto, estabas demasiado ocupado ahogándote en tu propia desgracia.—Dijo Sam, mientras le pasaba una taza de café.

—¿Estás bien?—Preguntó Steve, para después sentarse en una de las sillas que se encontraban enfrente del escritorio.

—Sí, sí. Todo bien.—Mintió. Bucky después se removió en su asiento.

—Sabes que puedes hablar de cualquier cosa con nosotros.—Contestó Natasha, la pelirroja le tomó la mano y le dió una de sus miradas, esas miradas que te obligaban a decir todo.

Miró a un lado y apretó los labios y las manos, reprimiendo cualquier ganas de llorar. No iba a llorar frente a ellos y tampoco les contaría lo qué pasó, porque si de por sí T'Challa no era su persona favorita, lo sería menos así.

Iba a resolver sus problemas sólo, porque no quería involucrar a sus amigos a toda la basura de sentimientos que era.

—¿Bucky?—Steve lo sacó de sus pensamientos, miró a sus amigos.

No podía mentirles.

A ellos no.

—Ayer T'Challa me invitó a un lugar...—Comenzó a relatar, podía observar como la expresión de sus tres amigos se transformaba en una de asesinato, porque ellos estarían dispuestos a matar y desaparecer al que le hiciera daño a Bucky con sus propias manos, bueno, así eran las cosas, quien le hacía daño a alguien del grupo, terminaría mal, muy mal.

Todavía recordaba que había pasado cuando había salido a la luz todo lo que Rumlow le había hecho, Steve, Natasha y Sam se habían encargado de darle la golpiza de su vida, estaba seguro que no le habían quedado ganas de acercársele en lo que le restaba de vida.

Así que estaba seguro de que harían una tormenta en un vaso de agua gracias a eso, pero, estaba bien.

—Y nunca llegó.—Confesó a lo que Natasha se levantó de la silla.

—No, basta. Que rece por él.—Dijo la mujer, a lo que James la tomó del brazo.

—No, Natasha. Déjame resolver esto sólo, tiene que ver una razón.—Dijo Bucky, a lo que los presentes rodaron los ojos.

—¿Cuál sería una razón justificable por la que alguien te invita a algún lado y después te deja plantado?—Cuestionó Steve, al mismo tiempo que miraba a su amigo, en una señal de "date cuenta".

—Tiene que haberla, me la explicará cuando nos veamos.—Respondió el ojiazul para después dar una bocanada de aire.—Escuchen, él me ama, me ama, y nadie va a cambiar eso.

—¿Es cierto o te estás convenciendo?—Preguntó Sam, a lo que Steve y Natasha asintieron, para después dejar la sala.

James bufó en respuesta.

Tomó las carpetas de su mesa y comenzó a leerlas, y así pasó el día, miraba deprimentemente su trabajo y se ahogaba en él, para después volver a casa, en la misma agonía de ayer.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒;WinterpantherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora