—Cualquier cosa que necesites, puedes hablarme ¿Okay?—Dijo el francés para después partir.
Cuando abrió la puerta miró su casa, usualmente vivía sólo, no sabía porque se sentía tan sólo.
Una notificación llegó a su celular, la falta de batería más lo que observó no fue eso, fue el fondo de pantalla donde estaban él y T'Challa, sonrientes.
Decidió ir a bañarse, se metió en la tina cuando esta ya tenía el agua caliente, donde podría pensar.
Sentía un gran peso en los huesos.
Sentía como si todo el mundo le estuviera dando la espalda.
La tristeza comenzaba a ser un sentimiento recurrente.
Solía repetirse que todo iba a estar bien como si él mismo no supiera todo lo que pasaba por su cabeza.
Solía repetirse que el sol iba a brillar como si él mismo no supiera como era querer morir.
Ya no podía soportar eso.
Sentía el peso del dolor corriendo por sus venas.
Se preguntaba cómo era sentirse bien, sentirse completo, no sentirse partido en pedazos.
No se sentía suficiente.
No se sentía suficiente.
No se sentía suficiente para T'Challa.
Pero haría lo que fuera por él.
Probablemente podría ver a través de él lo mal que se sentía.
No sabía como T'Challa después de conocerlo no se había ido.
Porque usualmente todo lo abandonaban, nadie quería quedarse.
Esperaba estar bien, era sólo que todo el tiempo sucedía.
Tenía ganas de decirle a alguien que ya había tenido suficiente.
Miró sus muñecas y las cicatrices que había en ellas.
Recordaba.
Aquellas heridas resultado de su adolescencia y un poco después, las heridas que había dejado su ansiedad, el transcurso y el final de su relación con Rumlow.
Ese pasado suyo que llevaba consigo y guardaba y atesoraba como un secreto, que casi nadie sabía.
Estaba roto, era débil y se odiaba por ello. Odiaba romperse con cualquier cosa.
Odiaba sentirse así.
Se sentía insignificante.
Insuficiente.
Débil.
Estúpido.
Tenía miedo de ya no ser suficiente para T'Challa, tenía miedo de que se cansara de él, tenia miedo de que de repente, ella fuera mejor que él pera el wakandiano.
Se sumergía cada vez más en la tina, dejando caer sus lágrimas sin miedo alguno.
Esperaba estar bien.
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