Capítulo 12

1K 127 103
                                    

La impresión que recorrió su cuerpo le hizo estremecer. Miró a Ace a su lado y ese chico parecía ido, como si no hubiese terminado de comprender lo que el doctor dijo. A Rosinante le costó creerlo y necesitó una confirmación. Aquel médico volvió reiterarle qué era lo que Ace tenía y aun así le pareció increíble. En ese momento, tuvo que recordar que ese niño tenía un cuerpo diferente y lo suficientemente desarrollado como para concebir un bebé si no tenía el cuidado adecuado. Se acostumbró mucho a que Ace fuera un chico, tanto que olvidó ese pequeño detalle.

Crocus le entregó las órdenes, los análisis y también escribió los profesionales recomendados. Rosinante sintió que el hombre lo miraba con algo de reproche por la situación y podía entenderlo. Ace era demasiado joven y quizás le había faltado atención, educación, para no estar pasando por esto. Había tantas cosas que podrían haber hecho mejor, pero ya estaban en esta situación y no podían hacer más que enfrentarla. Tomó todas las recomendaciones y no pudo despedirse como es debido porque Ace se levantó para salir rápido de ese lugar. Como pudo, Rosi tomó a Law para ir detrás de él.

Lo encontró en el estacionamiento cercano vomitando en el borde de la calle. Los nervios y las náuseas que ya sentía lo atacaron de golpe provocando que lanzara todo lo poco que había alcanzado a comer.

Ace se agarró la cabeza frustrado y negó una y otra vez pensando que no podía estar pasando esto. Era mentira, debía ser un error. Él no podía tener un bebé, porque esos los tienen las mujeres y él no era una.

Tosió intentando controlar las arcadas y sintió la mano de Rosi en su espalda que susurraba de una forma tranquila que se calmara. Se sentía tan impactado, tan fuera de sí, que fue incapaz de decir algo. Rosi lo ayudó a levantarse y sintió cómo la pequeña mano de Law sostenía la suya mientras juntos lo guiaban hasta su auto para irse. Se sintió como una basura en ese instante porque incluso el niño de cuatro años parecía preocupado por él.

Rosinante era demasiado bueno. No dijo nada ni tampoco le miró con algún tipo de molestia. Sólo lo dejó en el asiento y le puso el cinturón. Ace ni siquiera se dio cuenta cuándo arrancaron porque apoyó la cabeza contra el vidrio y cerró los ojos desmayándose. El cansancio de días durmiendo mal lo atacó de repente haciéndolo colapsar. Seguramente cuando despertara descubriría que sólo había estado soñando.

Apenas regresaron, Rosi lo despertó y dejó que Ace fuera a su cuarto, porque ninguno de los estaba listo para hablar del tema. ¿Era bueno dejarlo solo? No sabía.

Law se mantuvo cerca de él y trató de sonreírle al niño, por más que éste supiera que todo estaba mal.

¿Qué debería hacer ahora? ¿Qué le diría a Garp y Sengoku? Pensó en llamarlos, pero se retractó. Lo mejor era saber primero exactamente el estado de Ace. Los dos viejos le harían preguntas y Rosi en ese momento no tenía más información que lo dicho por el médico.

El hombre serio y con esa apariencia sabia le dijo que debía hacerse cargo de Ace, acompañarlo a las consultas y que siguiera los procedimientos, además de ver a los profesionales que le darían las opciones para su caso. Rosinante sabía que se lo decía porque Ace tenía sólo catorce años, era un niño, y necesitaba alguien con quién afrontar esa situación.

Pensó mucho en todas las cosas que se pudieron hacer antes para que no terminara todo así, pero la realidad era que no se podía hacer nada de eso ahora. Le preocupaba mucho cómo esta situación afectaría a Ace. No podría ocultarlo por mucho, había que tomar una decisión, pero ¿cómo podía hacerle entender eso? Apenas era un niño, no podía pretender que tomara decisiones como un adulto. Era muy frustrante, pero estaría con él, no iba a dejarlo sufrir solo.

La mañana pasó muy rápido y el mediodía llegó. Preparó el almuerzo y se lo dio a Law. Estuvo un rato con su hijo, pero su cabeza seguía revuelta y agitada por toda la situación. Cuando terminaron, preparó una bandeja y fue hasta el cuarto de Ace.

DisforiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora