Capítulo 35

685 97 20
                                    

Otra cosa difícil de la paternidad era lidiar con los caprichos de Luffy. Fue difícil convencerlo que no podía usar todos los días su disfraz de pirata, pero hoy lo dejó hacerlo. Cuando el niño regresó del jardín, le dijo que saldrían y entonces exigió ponerse su traje de capitán para irse. Aceptó, porque tampoco le hacía daño a nadie y estaba lo suficientemente agradable el clima para que pudiera correr por ahí así vestido. Sin embargo, se llevó ropa más abrigada en su mochila porque no sabía con exactitud cuándo volverían.

Le dijo a Rosi que tenía que hacer un trámite en la universidad, pero antes arregló con Smoker para encontrarse en el parque con Luffy. No era la primera vez que tenían ese tipo de encuentros y solían ser algo ameno. Su hijo disfrutaba estar con Smoker y Ace también lo hacía.

Era lo mejor tener ese tipo de relación, ¿no? Alguien que quisiera estar con él y también que apreciara a su niño. Se imaginó teniendo una relación seria con Smoker, algo donde fueran sólo ellos y nadie más. La imagen no le desagradó. El hombre era bueno, atractivo y lo quería; Ace sabía que era así. Pasaban buen tiempo juntos, en varios sentidos, y siempre se sentía resguardado cada vez que lo abrazaba. ¿Por qué no querría tener algo con él?

Recordó su beso con Sabo en el castillo inflable y se sintió terrible.

Estaba haciendo las cosas mal y lo sabía.

Ace sabía que quizás era muy joven para engancharse a una persona, pero tampoco se sentía desesperado por experimentar o estar con más personas. Recordó las experiencias que acumuló en el último tiempo y llegó a la conclusión que podría atraerle un hombre o una mujer, pero una relación sentimental era distinto. Tenía que conectar con la persona de una forma mucho más íntima y sintió que con Smoker eso podría pasarle, pero había un problema: Sabo.

Caminó con su niño hasta el parque donde siempre iba con Luffy y el pequeño corrió feliz hacia los juegos. Smoker se unió a ellos poco después. Luffy exigió jugar con él, pero después se puso a hablar con otros niños. Siempre encontraba a alguien que entrara en sus juegos.

Se sentó en un banco a unos metros mientras miraba a su hijo jugar y asegurar que él era el rey de los piratas. Smoker se sentó a su lado.

—Tiene mucha energía —comentó Ace mirando a Luffy y Smoker asintió—. ¿Qué tal tu día? ¿Mucho trabajo?

—Bastante en realidad, como siempre —contestó e hizo una pausa antes de continuar—. Quería hablarte de algo.

Esas palabras llamaron la atención de Ace y lo miró intrigado. Smoker siempre era un hombre serio, pero su lenguaje corporal le estaba mostrando que le costaba continuar la conversación.

—Sobre nosotros —aclaró.

Ace al instante tuvo muchas ideas pasando por su cabeza y se sintió nervioso. ¿Qué pasaba con ellos? ¿Había algún tipo de problema? Prefirió guardar silencio y escuchar qué cosas quería decirle. Esa conversación era necesaria y Ace lo sabía.

—Disfruto mucho el tiempo contigo y también con Luffy —mencionó Smoker mirándolo con su expresión circunspecta, pero a la vez también sintió cariño a través de sus ojos y sus palabras—. Aun así, creo que tal vez no es el momento para llevar esto a un plano más serio.

Parpadeó confundido por sus palabras, ¿a qué se refería con eso? ¿No quería tener nada con él?

—Yo... —balbuceó Ace pensando en qué responder—. No lo sé, en serio me gustas, pero estoy... Pasaron muchas cosas últimamente y no creo poder hacerlo.

Bajó la cabeza sintiéndose culpable por lo que decía. Si Ace seguía adelante y tenía una relación, un noviazgo, con Smoker podría llegar a lastimarlo y no quería eso. Ese hombre se estaba volviendo alguien importante, una persona que compartía con su hijo y su familia, alguien con quien pasar el tiempo y formar un estrecho vínculo. Aun así, Ace temía no poder corresponderle si sus sentimientos crecían más.

DisforiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora