Capítulo 40

920 109 22
                                    

Por un instante, se reprendió por no haber hecho ese trabajo antes. Ace siguió sacando las porquerías que tenía guardadas en aquel armario y las dejó a un lado para decidir si eran cosas útil o podría desecharlas. La limpieza era algo aburrido, pero necesario de vez en cuando. Además, ese armario lo necesitaba para algo más. Estaba cambiando los muebles y las cosas de su cuarto para aprovechar al máximo ese espacio.

Encontró muchos juguetes viejos de Luffy, los que usaba cuando era más bebé y ya no le gustaban. Quizá podría donarlos o regalárselo a alguien. Su hijo estaba más interesado en otros juguetes o Internet. Siempre buscaba robarle su teléfono para ver cosas en YouTube, incluso ya sabía qué debía presionar para poner los videos solo. Ni loco le compraría uno, al menos tenía que tener doce años y Ace asegurarse que lo cuidaría, Luffy era muy descuidado.

Siguió revisando ese armario en su cuarto hasta que encontró algunos álbumes de fotos. ¿En serio los había puesto allí? No se acordaba. Hace unos meses atrás los estuvo buscando y ahora se llevaba una sorpresa al encontrarlos en ese lugar. Eran fotos de cuando Luffy era un bebé y también algunas furtivas que le tomaron antes que nazca el niño. Ace odiaba esas fotos, pero no podía tirarlas. Era necesario tener ese pequeño recuerdo de lo que fue y por todo lo que pasó para llegar hasta donde estaba, pero todavía no se podía acostumbrar a ver esa imagen que tuvo.

Abrió un álbum y se sentó en su cama mirando las fotos.

Luffy era un bebé demasiado pequeño cuando nació y recordar eso le hizo sonreír. Creció mucho desde ese momento, pero, a pesar de tener casi seis años, todavía seguía siendo diminuto, lo suficiente para abrazarlo con fuerza.

No pudo evitar tirarse sobre el acolchado y olvidó por unos instantes la limpieza que estaba haciendo, pero alguien entró para decírselo.

—¿Ya estás tomando un descanso? —preguntó Sabo entrando con una caja en las manos. En su rostro se notaba una sonrisa a pesar de su reproche.

—Sólo fue un momento —Se quejó Ace mientras se levantaba—. Encontré las fotos de Luffy que te dije, ¿quieres ver?

Sus palabras parecieron sorprender a Sabo y pronto estaba los dos juntos mirando esas fotos. Hace un tiempo, cuando apenas comenzaron a volver a verse, Ace le dijo que le enseñaría cosas de Luffy cuando era un bebé, pero no las había encontrado hasta ahora.

—Se ve muy pequeño en tus brazos —comentó Sabo mirando una foto donde Luffy apenas había vuelto de la clínica, probablemente tenía un par de semanas, y Ace lo sostenía mientras lloraba con una cara de aversión que los hizo reír.

En esas épocas, ni siquiera tenía idea cómo debía abrazar correctamente a su hijo, pero aprendió de alguna forma. Por más que lo amara, Ace a veces veía a Luffy como un bicho raro y molesto cuando apenas nació. Ahora seguía siendo molesto, pero ya estaba habituado a su vida como papá.

—Nació antes de tiempo y con bajo peso —explicó Ace—. Lo recuperó bastante rápido por suerte.

Un escalofrío le generó al recordar las épocas donde amamantaba. Qué bueno que ya no tenía que hacer eso y no lo haría nunca más.

Sabo pasó hacia una de las pocas fotos que existían de Ace con la panza de embarazo. Miró hacia otro lado sintiéndose hastiado porque viera eso. No le gustaba verse y recordar cómo era antes, en lo que se convirtió al tener a su hijo.

—Te veías lindo —comentó Sabo casi enternecido y Ace lo miró de una forma asesina.

—Bromeas, ¿verdad?

—En serio lo digo.

—Siempre dices que me veo lindo con cualquier cosa —espetó poniendo los ojos en blanco.

DisforiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora